lunes, 23 de abril de 2018

Luis Mattini, que lo sucedió en la jefatura de la organización, habló con Télam

Telam
 

Luis Mattini, que lo sucedió en la jefatura de la organización, habló con Télam 

A 40 años de la muerte de "Roby" Santucho, la caída que preludió la derrota final del ERP

 
 
  • Mario Roberto Santucho, fundador del ERP
  • Luis Mattini, que en 1976 asumió la conducción del PRT-ERP
 
El líder del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) Mario Roberto Santucho moría hace 40 años -el 19 de julio de 1976- tras un enfrentamiento armado con integrantes de un grupo de tareas en un departamento de la localidad bonaerense de Villa Martelli. Con su muerte, la organización política y militar que Santucho conducía iba a encaminarse a una derrota armada definitiva en la lucha por la toma de poder en la Argentina comenzada a fines de los años '60.


A fines de diciembre de 1975, el ERP había sufrido una dura derrota en el intento de copamiento del Batallón 601 de Arsenales Domingo Viejobueno, ubicado en Monte Chinglo, partido de Lanús, en el marco de una operación en la que perdieron la vida 90 de sus militantes. Aunque en los meses posteriores al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, las bajas humanas y pérdidas materiales de la organización guerrillera se multiplicaban, la conducción del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) -conducción política del ERP encabezada por Santucho- confiaba que con la llegada de los militares al poder, la Argentina entraría en una etapa de radicalización social que potenciaría el desarrollo de la lucha revolucionaria.

"Teníamos un error de apreciación en relación a la situación que se vivía en el país tras el golpe. Subestimamos al Ejército como enemigo. No nos dimos cuenta del daño que nos hicieron los principios de la doctrina francesa de contrainsurgencia que aplicaban los militares", señaló en diálogo con Télam Luis Mattini, nacido Juan Arnol Kremer Balugano, quien tras la muerte de Santucho asumió la conducción del PRT-ERP hasta su disolución.

El 28 de marzo de 1976, cuatro días después del golpe, el Comité Central del PRT se reunió en una quita de Moreno para evaluar la situación política del país, en un encuentro que contó con la presencia de más de 60 cuadros de la organización, entre ellos Santucho y los principales dirigente de su estructura. Efectivos del Ejército y la Policía asaltaron la quita y capturaron a varios militantes, no obstante, Santucho y la cúpula del ERP lograron escapar.

"Fue un error armar una reunión tan grande con la represión que se estaba dando. Muchos nos criticaron por eso. Fue otro golpe duro, que se sumó a las caídas que sufrieron los compañeros que estaban en Tucumán, en el monte. Ante esa situación asumimos que debíamos cambiar la estrategia después de haber cometido errores tácticos, que hoy sabemos que fueron decisiones políticas equivocadas" admite Mattini.

A principio de julio de ese año, el Buró Político del PRT decidió que debía replegarse con la finalidad de preservar a sus cuadros y la estructura operativa que aún conservaba. "La idea era que la conducción saliera del país con Roby (Santucho) a la cabeza. Nos íbamos a instalar en Cuba, donde queríamos entrenar a 100 oficiales de la organización, que estarían dispuestos a sumarse a la lucha armada cuando la conflictividad social en Argentina se incrementara. Era lo que creíamos", repasó Mattini.

Un sector de la conducción querían que Santucho saliera del país de forma inmediata, pero el santiagueño decidió que dejaría el país el 20 de julio, pues tenía una cita con Mario Firmenich, jefe de Montoneros, en la que abordaría la conformación de la Organización para la Liberación de Argentina (OLA), una entente que nuclearía a las organizaciones armadas que enfrentaban a la dictadura militar.

"Roby había prometido que iba a reunirse con Firmenich y creía que era una cita impostergable. El encuentro se realizaría el 19 y un día después saldría del país con destino a Cuba. La idea era dejar el país por Paraguay. Mientras tanto decidió irse a vivir al departamento del (Domingo) 'Gringo' Menna, en Villa Martelli", apunta Mattini al referirse a otro de los integrantes de la conducción del ERP.

El 19 de julio era una jornada fría y gris, en ese Buenos Aires signado por una represión ilegal que se hacía visible en las calles y en la vida cotidiana, y al mediodía, un grupo de cuatro hombres al mando del capitán del Ejército Juan Carlos Leonetti llegó en un auto sin patentes a Venezuela 3149, la dirección de ese edificio de 13 pisos donde se hallaban Santucho y Benito Urteaga, número dos en la dirección del ERP.

Es probable que Leonetti, quien tenía desde hacía un año asignada la misión de capturar a Santucho, llegara a esa vivienda ubicada cerca del cruce entre la avenida General Paz y la Panamericana sin saber que se iba a encontrar con el hombre más buscado de la Argentina, en caso contrario, "hubiera llevado más tropas", especula Mattini.

Todos vestidos de civil, el grupo de tareas abordó al portero en la entrada del edificio y lo obligó a que los guiara hasta el departamento B del cuatro piso, donde irrumpieron y se produjo un tiroteo con los ocupantes de la vivienda. En medio de la balacera, cayeron Santucho, Urteaga y Leonetti; además, fueron capturadas Liliana Delfino -la segunda esposa del comandante del ERP- y Ana María Lanzilotto -la compañera de Menna, embarazada de ocho meses-, quienes están desaparecidas desde entonces.

La dictadura que encabezaba Jorge Rafael Videla comunicó que Santucho, quien entonces tenía 40 años, había muerto en Villa Martelli, pero investigaciones posteriores determinaron que el jefe guerrillero llegó muy mal herido a Campo de Mayo. El destino de sus restos aún se desconoce y aunque se presume que fueron ocultados en algún lugar de Campo de Mayo, hay un pacto de silencio entre represores de la dictadura que la Justicia no logra deshacer.

"Aquel día yo estaba en Martínez y quise ir a despedirme de Roby antes de que se fuera de país. Así que antes llamé por teléfono al departamento y pasé una contraseña: 'Hola, habla Flores', le dije a quién me atendió. 'Ahhh, Flores, ¿cómo anda? Venga, lo estamos esperando', me contestaron y supe que había sucedido lo peor", repasa Mattini.

Quien fuera último comandante del PRT-ERP cuenta que tras el enfrentamiento de Villa Martelli fue designado al frente de una nueva conducción junto con Eduardo Merbilhaá, Jorge Oropel, Daniel Martín y Enrique Gorriarán Merlo.

"Salimos hacia el exterior en busca de contactos con los cubanos. Queríamos seguir con el repliegue y que nos dieran entrenamiento militar para formar una nueva oficialidad. Después de varios meses, nos juntamos con ellos en Praga, Checoslovaquia. Nos dijeron que lo mejor era preservar a los militantes y sacarlos al exilio. Gorriarán volvió al país y se encargó de la tarea de convencer a los compañeros. Las caídas se habían multiplicado en esos meses así que emprendimos ese camino", aporta Mattini.

En 1979, lo que quedaba del PRT-ERP se fragmentó. Mattini y un grupo permanecieron en Europa, en tanto que Gorriarán lideró una avanzada que se trasladò a Nicaragua para tomar parte de la naciente Revolución Sandinista. Un año después, Gorriarán dirigiría la operación que acabó con la vida del ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza, refugiado en Asunción del Paraguay, y años más tarde regresaría clandestinamente a Argentina para fundar el Movimiento Todos por la Patria, la agrupación que llevaría a cabo en 1989 el frustrado y descabellado intento de tomar el regimiento de Caballería Mecanizada de La Tablada, durante los últimos meses del gobierno democrático de Raúl Alfonsín.

"Con la muerte de Roby perdimos algo más que un líder. Fue el principio del fin de un proyecto, que aun con errores políticos y desaciertos, intentó cambiar la realidad. Pertenezco a una generación de militantes que se jugó por sus convicciones", enfatiza para terminar Luis Mattini.