La era Francisco se caracteriza por la misericordia. En
sintonía con el argot fracisquista, hay que dejarse misericordiar por Dios y misericordiar
al prójimo. Con una opción preferencial por las periferias existenciales. Sin miedo, por tanto, de llevar a Cristo
a quienes parecen más lejanos, que podríamos denominar existentes periféricos.
Misericordiamos a nuestro prójimo de muchas formas, una de
las cuales es mediante las las obras de misericordia. Y si el prójimo es un
difunto, la obra de misericordia puede ser corporal (enterrarlo) y también espiritual
(rezar por su alma).
Erich Priebke falleció en su residencia de la capital
italiana el 11 de octubre de 2013, con poco más de cien años de edad. Condenado
por graves crímenes, deberíamos considerarlo integrante de una periferia existencial y por ello sujeto
privilegiado de nuestra misericordia. Sin embargo, el mundo no está dispuesto a
practicar la misericordia con este difunto. El alcalde de la capital italiana,
Ignazio Marino, decidió prohibir "el uso y la ocupación de cualquier
espacio público" para semejante fin. "Haré lo que sea para impedir
que Priebke sea sepultado en Roma", dijo, y agregó que Roma es una
"ciudad antinazi y antifascista". Alemania, Italia y la Argentina, le
niegan la posibilidad de obtener exequias y cristiana sepultura.
La familia Priebke solicitó a la FSSPX en Italia la
celebración de exequias por el difunto. Un prolijo comunicado la Fraternidad da
cuenta del pedido, poniendo el hecho en su contexto. Recuerda que la religión
católica es la de la misericordia y el perdón, cualquiera hayan sido los
pecados cometidos por un bautizado. El comunicado señala que la Fraternidad
accedió a una ceremonia privada para evitar la manipulación política. Porque la
misericordia no puede ser intermitente sino que debe guiar siempre a la Iglesia
de Cristo. Sin embargo, la celebración se vio alterada por enfrentamientos de
activistas políticos. Decenas de manifestantes intentaron obstaculizar con
patadas y puñetazos el ingreso del ataúd al lugar a la sede de la Fraternidad.
El cajón fue recibido con gritos de "¡Asesino!" y
"¡Verdugo!" Ahora se espera que el ataúd permanezca en las
instalaciones de la Fraternidad. No está claro dónde se lo enterrará.
Nos preguntamos si no sería conveniente alguna declaración
de S.S. Francisco en favor de este existente
periférico a quien se le niega misericordia. Mucho nos tememos que no
habrá ninguna respuesta oficial.