jueves, 17 de octubre de 2013

AL EXISTENTE PERIFERICO, NI MISERICORDIA

La era Francisco se caracteriza por la misericordia. En sintonía con el argot fracisquista, hay que dejarse misericordiar por Dios y misericordiar al prójimo. Con una opción preferencial por las periferias existenciales. Sin miedo, por tanto, de llevar a Cristo a quienes parecen más lejanos, que podríamos denominar existentes periféricos.
Misericordiamos a nuestro prójimo de muchas formas, una de las cuales es mediante las las obras de misericordia. Y si el prójimo es un difunto, la obra de misericordia puede ser corporal (enterrarlo) y también espiritual (rezar por su alma).
Erich Priebke falleció en su residencia de la capital italiana el 11 de octubre de 2013, con poco más de cien años de edad. Condenado por graves crímenes, deberíamos considerarlo integrante de una periferia existencial y por ello sujeto privilegiado de nuestra misericordia. Sin embargo, el mundo no está dispuesto a practicar la misericordia con este difunto. El alcalde de la capital italiana, Ignazio Marino, decidió prohibir "el uso y la ocupación de cualquier espacio público" para semejante fin. "Haré lo que sea para impedir que Priebke sea sepultado en Roma", dijo, y agregó que Roma es una "ciudad antinazi y antifascista". Alemania, Italia y la Argentina, le niegan la posibilidad de obtener exequias y cristiana sepultura.
La familia Priebke solicitó a la FSSPX en Italia la celebración de exequias por el difunto. Un prolijo comunicado la Fraternidad da cuenta del pedido, poniendo el hecho en su contexto. Recuerda que la religión católica es la de la misericordia y el perdón, cualquiera hayan sido los pecados cometidos por un bautizado. El comunicado señala que la Fraternidad accedió a una ceremonia privada para evitar la manipulación política. Porque la misericordia no puede ser intermitente sino que debe guiar siempre a la Iglesia de Cristo. Sin embargo, la celebración se vio alterada por enfrentamientos de activistas políticos. Decenas de manifestantes intentaron obstaculizar con patadas y puñetazos el ingreso del ataúd al lugar a la sede de la Fraternidad. El cajón fue recibido con gritos de "¡Asesino!" y "¡Verdugo!" Ahora se espera que el ataúd permanezca en las instalaciones de la Fraternidad. No está claro dónde se lo enterrará.
Nos preguntamos si no sería conveniente alguna declaración de S.S. Francisco en favor de este existente periférico a quien se le niega misericordia. Mucho nos tememos que no habrá ninguna respuesta oficial.