miércoles, 21 de marzo de 2018

REVISTA CABILDO Nº23 -MIRANDO PASAR LOS HECHOS-por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ-EL QUE NO SALTA ES UN RADICAL

 Publicado por Revista Cabildo Nº23
Mes Marzo/Abril de 2002 3era. .Epoca
 MIRANDO PASAR LOS HECHOS

por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ

EL QUE NO SALTA ES UN RADICAL

EL descontento -que, a decir verdad y lamentablemente, es más social que nacional porque la gente reclama no tanto por las maldades contra la patria como por los perjuicios sobre sus bienes- toma nuevas modalidades e intensidades según pasan los días. Ahora, en un operativo de necesaria pero tardía y, tal vez, inútil justicia se acostumbra a mal tratar a los políticos de palabra y de hecho. Hubo quien debió refugiarse en un comercio descubierto por ciudadanos exaltados por no poder saltar el corralito. Otros fueron expulsados de los clubes en los que se estaban recreando, la Fernández Meijide debió retirarse abucheada de la cola de un banco, Cavallo, por supuesto, ni aparece



y a otros colegas les suele suceder lo mismo y tienen que andar a las escondidas, buscando lugares solitarios y horarios no concurridos para realizar sus actividades honestas o deshonestas. Ahora le tocó el turno a Raúl Alfonsín. presidente que supo ser de la Argentina y cuyo solo recuerdo estremece. Esta vez fueron sus vecinos de Barrio Norte, no necesariamente las víctimas de su gestión y alianzas, los que se agolparon en la puerta de su domicilio. Reaccionó no democráticamente, se enojó, gritó y manoteó a izquierda y derecha. Algo que no hacía cuando los escrachados eran los militares y los escrachantes sus correligionarios.
Respecto a Alfonsín además, se le descubrió que su colabora-dora -con la que, por lo demás, tantos vínculos de diverso tipo la unen- cobraba como ñoqui del senado y como secretaria de Estado. Al propio ex presidente se le encontró que suma varios ingí sos que superan con holgura los 20.000 mensuales. Una y otras son sólidos exponentes de la CIA política que la sociedad repudia. No es tan perverso que ellos ex tan sino no se arrepientan y sigan; como si no tuvieran nada que v con el desastre actual.

DUHALDE GERMANÓFILO
Gerhard Schróder llegó en ur meteórica visita a la Argentir luego de pasar por Méjico y Brasil. Lobbysta consumado (no mi nos que Aznar y su canciller y siempre activo Felipe González el canciller alemán vino para inti resarse y presionar descaradí mente sobre el gobierno argentino para resolver el varias vea millonario contrato con la Si< mens para la confección de docílmentes de identidad, negociad de Menem que De la Rúa resolvíó como pudo, danza en la que se juega una pretendida indemniza-n por rescisión del contrato del orden de los u$s 699 millones, al fin, después de su gestión como hombre de negocios. se interesó en tono imperativo por la entrega a su país de los ares argentinos supuestamente comprometidos en la desaparición de ciudadanos de su raza y nacionalidad. Un temblequeante Duhalde le prometió "analizar el caso en profundidad". No sabemos qué hay que estudiar puesto por el derecho de gentes y por el interno el problema está resuelto sin dificultad. Pero la social democracia, precipitando los hechos y mezclando la ideología con los negocios, vuelve al ataque en empeño de vengar a sus muer-caídos en una violencia desatada por esta misma izquierda que hoy se preocupa simultáneamente por las empresas transnacionales y por sus terroristas.

LA MUERTE DE UNA CARICATURA
Murió Roberto Galimberti, conocido por el Tano. Y murió no como un héroe, según se creyó durante un tiempo, sino como un burgués patán. Su vida hubiera sido novelesca de no haber sido caricaturesca. Terrorista cuando no tenía contactos con el alto capitalismo. fue capitalista cuando Los tuvo. Secuestró a los hermanos Born pero, cual personaje escapado de la imaginación de Chesterton terrminó sirviéndolos.
Nunca rindió cuenta del dinero que obtuvo por su delito pero, según parece, lo aportó a las arcas de su entonces jefe y admirado Fidel Castra Pronto habría de cambiar de amo y de ideología y culminó su carrera confundiendo, como tantos otros, negocios y política: entre los primeros consiguió estafar al padre Grassi y su fundación de ayuda a los niños pobres (en cuyo nombre y representación había matado) y en el otro terreno se declaró partidario de Estados unidos y colaborador (demás está decir que a sueldo) de la CÍA y de cuanto otro organismo afín que le pagara estipendios). Ingenioso a su manera, nunca le faltó la cuota de cinismo suficiente para justificar sus caracoleantes rumbos lo que le permitió conseguir lo que, en definitiva, fue lo único que procuró en su vida: prosperar como sea y bajo cualquier disfraz y excusa. Subproducto de la picaresca criolla, su nombre quedará rápida y felizmente olvidado por sus contemporáneos, excepto por aquellos a los que hizo sufrir sin remordimientos como los jóvenes que le siguieron y los muertos por su pretendida acción reivindicativa. Todo fue en él una parodia, un simulacro sangriento: porque no se trató de una broma prolongada que desarrolló una trayectoria desde la izquierda homicida hasta el liberalismo desvergonzado, siempre con el mismo rostro impasible del que le da lo mismo una cosa que la otra; se trató, en cambio, de una conducta cruel y desaprensiva que destruyó todo a su paso bajo la inspiración de impulsos paranoicos. Colocado y actuando entre lo patológico y lo frivolo, entre lo delictual y lo mesiánico, su perfil deberá figurar no en la historia política del país sino  en los archivos de la policía y demás fuerzas de seguridad. Lo mismo que sus correligionarios Perdía, Firmenich y Vaca Narvaja, unidos en el crimen, en la demencia, en la ficción y el autoengaño.

ARROZ CON LECHE.
El gobierno de derecha español acaba de preparar un bonito proyecto de ley por el que se equipara la unión de hecho al matrimonio. Para no entrar en consideraciones de fondo acerca de la conveniencia del matrimonio indisoluble y permanente capaz de producir sus propios efectos jurídicos, preferimos enfocar la cuestión desde otro punto de vista. Descontamos que aquí, en la Argentina, en la práctica está sucediendo lo mismo desde que se reconocen a los concubinos los mismos derechos que a los esposos. Esto aparte, pregúntemenos porqué y cómo un partido que llegó con el apoyo más o menos encubierto de la Iglesia y bajo -es verdad- un cierto vago catolicismo, terminó consolidando y ampliando las conquistas de la izquierda de E González. Desde hace tiempo el gobierno español -de cualquier signo, supuesto que haya diferencia entre el PP y el PSOE- se convirtió en una máquina de hacer negocios que es lo que se llama modernismo o neoliberalismo o globalización. Lo de derecha que se le atribuye no pasa de ser un cómodo ejercicio intelectual, una fácil y tramposa terminología en cuya virtud sería de derecha todo lo que no es de izquierda y al revés. Entonces se comprende -o no- que una derecha pueda introducir en una legislación ya devastada, elementos antinaturales. Si nos acostumbramos a llamar derecha a cualquier cosa terminaremos por destruir toda posibilidad de reacción y recuperación e, incluso, de reconocimiento de la realidad política. Porque así la derecha -entiéndase por tal lo que se quiera o convenga-pasará a sumarse e integrarse al movimiento progresista que todo lo fractura y olvida. En este sentido la mayor responsabilidad recae no tanto en los analistas, por torpes y maliciosos que sean, sino en los que se dejan llamar así no deseando serlo ni comportarse como tales.

DELICIAS DEL CAPITALISMO
Las delicias del capitalismo liberal. Así se podría titular una nota referente al comportamiento de las empresas petroleras, una vez destruida la YPF estatal, nunca suficientemente llorada. Pero los dogmas había que cumplirlos, los intereses había que servirlos y los negocios había que realizarlos, empezando por el de la privatización a mansalva y a precio vil. Ahora es REPSOL, compañía del Estado español, representada y protegida por su embajada, la que -no satisfecha de haber ganado en poco tiempo miles de millones de dolares- dispuso aumentar el precio de los combustibles internos siendo ella, precisamente, su formadora por la posición que ocupa en el mercado. Fue precedida en esta ocasión por la Shell y la Esso que fabricaron un conflicto con su personal (insinuando que de aplicarse un impuesto a las exportaciones iban a perderse 10.000 empleos y un sindicato históricamente hábil y complaciente se sumó a la maniobra. Para completar la jugada a dos puntas las refinerías de ambas petroleras se dejaron sitiar durante cinco días (i) por un no muy nutrido grupo de los omnipresentes piqueteros que no dejaban entrar ni salir camiones de las mismas (Moyano no tuvo nada que decir acerca de esta imposición sobre sus colegas), manifestantes que, en realidad, no tenían nada concreto que reclamar pero que, de esa manera, consiguieron el desabastecimiento de la Capital, alrededores y parte de la costa atlántica. Era lo que precisaban las empresas para justificar los aumentos que no tardaron más que horas en producir.
La nueva YPF hispánica se demoró unos días en prenderse. No será por pudor sino por cálculo ya que no puede explicar ese incremento si nos atenemos a los costos de producción: el precio del barril del petróleo argentino apenas supera los u$s 8 pero los españoles lo venden al precio internacional, esto es muy superior a los u$s 20. En general, según apreciaciones confiables, todas las empresas privatizadas (extranjerizadas) que fueran de un estado hoy desvalijado según una táctica sistémica e implacable, han recuperado en muy poco tiempo su inversión. Lo que no es de extrañar puesto que se las benefició con mercados seguros (cautivos y monopólicos u oligopólicos en los que no había riesgo de ningún tipo.
El capitalismo en cualquiera de sus manifestaciones y presentaciones es igual, con mayor o menor grado de perversidad según que disponga de mayor menor grado de libertad. Ahora bien ¿qué capitalismo puede darse en un país cuyo poder político le está sometido aun más allá ¿su voluntad? El actual Estado argentino -el que nos dejaron M nem y sus tecnócratas- es produto de esa transferencia incondicinada y compulsiva de bienes de la sociedad al sector privado. El camino es recuperar esos instrumentos de soberanía y progreso que fueron y que pueden volver a ser esas perdidas empresas públicas. Pero mientras tanto hay que adoptar los mecanismos apropiados para que los extranjeros respeten los derechos y atiendan la necesidades del país al que ingresaron para despojarlo con el áni mo propio de piratas transoceánicos. Por supuesto que con una casta política afeminada como la que administra la entrega no Se ( conseguirá en absoluto nada. Por medio de tarifas abusivas y de actividades incontroladas la Argentina continuará castrada y explotada, como ocurrió con el aumente de febrero de las naftas y de los anunciados aumentos en los otros servicios. Son insaciables y lo serán más en la medida en que nadie se lo impida.

ESTERCOLERO
Parece que, acorde con el país que dejó, el ex presidente De la Rúa entró en crisis total. Su hijo, que trabaja de play boy y de nada más y le gusta dar escándalo -entre uno y otro pensaba y escribía para su padre lo que da una idea exacta de lo que fue ese gobierno y de lo que son sus beneficiarios- filmó un video de tanto mal gusto e inmoralidad como puede producirse en los días de hoy. Además informó que no piensa volver al país lo que no podemos menos que agradecer. Pero -y esto lo lamentamos con sinceridad- parece que tanto refocigo y frivolidad del picaro vastago provocó una cierta indignación ni el ex jefe radical la que no fue compartida por su mujer Inés Periné: en definitiva que el matrimo-De la Rúa se contagió de los tiempos modernos y se encuentra a punto de quebrarse. Extraño destino el de este hombre que todo lo tuvo a su disposición y que todo lo fue desde diputado hasta presidente de la República y que ahora, casi sin que nadie lo empuje, se cae solo y lo pierde todo. Huyó, como es tradición en su agrupación, del gobierno espantado de su propia soledad y del vacío que él mismo generó. Debe nfrentar un pedido de lisa y llana pulsión del partido que encabezó (aunque no lo condujera) hasta hace poco. Ahora ve cómo su familia se disgrega envuelta en la lascivia de su hijo, la incomprensión de su cónyuge y algún que otro episodio íntimo. Es doloroso pero ¿también merecido? ¿Qué hizo y que no hizo para recibir este final dramático? La ineptitud es en determinadas circunstancias, un pecado, la irresolución es un vicio, la mediocridad un defecto sobre todo cuando uno busca treparse a las altas responsabilidades. No obstante es oportuno recordar aquí en este terreno de los sensualismos públicos el brindado por Cecilia Bolocco de Menem en un festival en su país donde actuó de bataclana vestida de tal. No nos avergonzamos de que alguien de su estirpe y calaña lo haga pero si nos dolemos que la que pretendió o pretende ser la primera dama del nuestro se comporte como estrella de ese basural conocido como farándula.

MÁS Y PEOR
¿Tenemos que tolerar que un pésimo capitán, en medio de la peor tormenta, se permita la frivolidad de un discurso sin contenido, sin referencias concretas a nada- sin programas ni objetivos? Tal fue la pieza oratoria con que Duhalde inauguró las inútiles reuniones del Congreso de este año. Si tuvo algo de positivo fue lo negativo de sus propósitos, esto es lo que declaró que no piensa hacer lo que, por supuesto, no quiere decir que lo vaya a hacer. Por ejemplo, la dolarización que le reclama con tanta impudicia su rival, el enano Menem. O que, con inusitada lucidez, haya remitido el origen remoto de nuestra actual triste situación a 1976 cuando Martínez de Hoz empezó a cumplir sus deberes de virrey de los grupos dinerarios internacionales. Pero en realidad lo más terrible de la perorata presidencial no fue tanto su ausencia de propuestas mensurables para la coyuntura concreta por la que atravesamos (es decir su atroz falta de ideas y de iniciativas, de espacio para moverse y para pensar) sino el papel que tiene reservado para las Fuerzas Armadas de las que él. sin saberlo ni merecerlo, es, aun a su pesar, comandante. Piensa en ellas como una infraestructura para hacer asistencia social; no tiene la mínima noción de lo que es, de lo que significa el Ejército como institución natural, como centro de la nación, de sus virtudes y posibilidades. El hombre que arruinó -en un proceso que es verdad que no inició- la provincia más rica del país no hará nada para salvar la república que un juego de mafiosos puso en sus manos. Así como De la Rúa fue más y peor que Menem él será más y peor que el último presidente radical.
Volvió a hablar de una nueva república; en su boca la expresión no es más que un slogan tan vacío como cualquiera y su improvisación en la materia queda reflejada en la opción que propuso (en la que, por lo demás, no cree ni sobre la que haya reflexionado): la república al estilo norteamericano en la que vivimos o una democracia a la europea. Eso es toda la alternativa que se le ocurre. Sin darse cuenta ni desearlo desafió a Alberdi y a sus militantes de hoy pero es pura parada, pura retórica para llenar una hora de especiosa disquisición parapolítica. Así se demuestra que Duhalde, su partido (o partidos ya que se le puede agregar el de Alfonsín con el que formó sin recato una alianza nueva) y sus hombres no entienden nada en  absoluto de la crisis argentina, de la decadencia del país ni de los peligros que acechan ni menos de las soluciones inmediatas y mediatas. Duhalde pertenece intrínsecamente a la casta que él mismo calificó con acertado y procaz denuesto escatológico y tan es así que se rodeó de sus conmilitones, militen en una vereda o en otra. Ese estamento en el que se formó y prosperó (y al que aceptó y adaptó) lo marcó para siempre en sus apetitos e inescrupulosidades. •