martes, 17 de octubre de 2017

FRANCISCO: LA PENA DE MUERTE ES INADMISIBLE

FRANCISCO: LA PENA DE MUERTE ES INADMISIBLE

 

[Aquí tenemos una nueva declaración de Francisco hecha ante un numeroso y escogido auditorio que además ha dado la vuelta al mundo como proveniente de la “máxima autoridad católica”, en la que ésta ha negado la licitud de la pena de muerte, calificando la doctrina tradicional de contraria al evangelio, impía y contraria a la Divina Misericordia.
Sin embargo, la gravedad de sus acusaciones no está tanto en la manifiesta herejía con que se aparta de la Escritura y de la doctrina católica, a veces solemnemente declarada, sino en el implícito, y casi explícito rechazo a la  posición moral de la Iglesia a la que atribuye la enseñanza del error, la nula misericordia y el haber humillado por siglos la dignidad de los hombres, haber contrariado al Evangelio, obstaculizado el progreso moral de la Humanidad dejándose de llevar de su “ avidez de poder y riqueza material”- calumnia brutal.Y todo esto lo hace apelando al “progreso en la doctrina” en clara contradicción con la doctrina de San Pio X condenando esta pretensión de la herejia modernista que enseña la evolución del dogma.


En mi opinión todo esto está evidenciando, no sólo la herejía sino la apostasía del actual reclamante de la Sede Petrina, que la ha convertido, cosa sólo posible en la falsa Nueva Iglesia , de  “Cátedra de la Verdad  en Trono de la impiedad” dispersando a las ovejas del redil de Cristo.
Lo más triste de todo esto es la reacción de los medios y de blogs que se reclaman católicos que “reconocen pero resisten” la autoridad del “papa” acusándole de su desviación doctrinal y reconociendo implícitamente su herejía e incluso su apostasia (aunque nunca usando estas palabras perfectamente legítimas, sin embargo)  cayendo ellos a su vez en una negación de la doctrina del Papado  que nos enseña la infalibilidad del papa, quien como enseña el “Catecismo de la Doctrina Católica” (1912) de San Pío X,  en su numero  116:
“El Papa, por sí solo, (da solo) NO PUEDE ERRAR cuando enseña verdades reveladas por Dios, o sea es infalible cuando como Pastor y Maestro de todos los cristianos define doctrinas acerca de la fe y de las costumbres
Nada dice este catecismo de las disquisiciones modernistas acerca del magisterio ordinario y solemne o de las “condiciones”, que hay que repetir- reduplicative– para que la enseñanza del papa sea infalible. Simplemente el papa cuando enseña a su Iglesia como Pastor suyo que es y Maestro, definiendo la doctrina NO PUEDE ERRAR.
Por consiguiente el católico, una vez convencido de la legitimidad de su Pastor, debe aceptar su doctrina y no combatirla. Es esencial para el católico SOMETERSE a la autoridad del Papa si de veras quiere su salvacion (Unam Sanctam.
Los supuestos católicos pseudotradicionalistas y conservadores han empezado negando la doctrina del papado y ahora se encuentran “sin papado y sin papa verdadero”. Triste situacion la suya como se pone de manifiesto en los comentarios de algunos blogs “tradis y neocones”   que escriben algunas ovejas bobas pero descarriadas. Quizás algún día lamenten su error, que de momento, sin embargo, tan buenos réditos les da ]
P
Francisco quiere cambiar el Nuevo Catecismo de la Nueva Iglesia que, en su punto 2267, no excluye su uso “para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas”. Ayer, Bergoglio dio un paso más, anunciando que este asunto “debería encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica un espacio más adecuado y coherente”.
Francisco afirmó que “debemos afirmar con fuerza que la pena de muerte es una medida inhumana que humilla, de cualquier modo sea perseguida, la dignidad personal. Y es en sí misma contraria al Evangelio porque se decide voluntariamente suprimir una vida humana que es siempre sagrada ante los ojos del Creador y de la que sólo Dios en una última análisis es verdadero juez y garante”.
“Esta problemática no puede ser reducida a un mero recuerdo de enseñanza histórica sin hacer emerger no solo el progreso en la doctrina y obra de los últimos pontífices, sino también en la cambiante consciencia del pueblo cristiano, que rechaza una actitud concordante ante una pena que socava en gran medida la dignidad humana“, recalcó Bergoglio, qien insistió en que “a ninguno le puede ser quitada no solo la vida, tampoco la misma posibilidad de un rescate moral y existencial que vuelva a favor de la comunidad.
Asumimos las responsabilidades del pasado y reconocemos que estos medios fueron dictados por una mentalidad más legalista que cristiana. La preocupación de conservar intacto el poder y la riqueza material llevó a sobrestimar el valor de la ley y a impedir profundizar en la comprensión del Evangelio”. “Por tanto, es necesario reiterar que, por grave que el delito haya sido, la pena de muerte es inadmisible porque la persona cuidadosa inviolabilidad y la dignidad”.

la preocupación por conservar íntegros los poderes y las riquezas materiales habían llevado a sobrestimar el valor de la ley, impidiendo ir en profundidad en la comprensión del Evangelio“.(Discurso pronunciado  en ocasión del XXV aniversario de la firma, por parte de Wojtyla/Juan Pablo II, de la Constitución Apostólica “Fidei Depositum”)
Ya había expresado las mismas ideas favorables a la abolición de la Pena de Muerte anteriormente, por ejemplo cuando escribió: 
Hoy en día la pena de muerte es inadmisible, por cuanto grave haya sido el delito del condenado. Es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona humana que contradice el designio de Dios sobre el hombre y la sociedad y su justicia misericordiosa, e impide cumplir con cualquier finalidad justa de las penas. No hace justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza […] La pena de muerte es contraria al sentido de la humanitas y a la misericordia divina, que debe ser modelo para la justicia de los hombres” (Carta a la delegación de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, 20 de marzo de 2015).

Tambiėn en el Congreso de los Estados Unidos, donde fue muy aplaudido por los congresistas liberales, en donde condenando el aborto y chalquier violacion de la vida, incluyó entre éstas la pena de muerte.

He aqui el video de Romereports.

Sin embargo los textos de la Escritura y  la doctrina católica dicen lo opuesto diametralmente.
Considérese los numerosos textos del Antiguo Testamento (que no lo olvidemos es Palabra de Dios) que atestiguan la Voluntad Divina  de castigar el delito precisamente con la pena de muerte.
En el Nuevo testamento, por ejemplo en el Evangelio, también hay alusiones a la aceptación silenciosa de Jesús de la confesion del Buen Ladrón que reconocía merecer la pena capital de la Cruz, en la que estaba. Incluso en elgunas parábolas es el mismo Jesus el que narra la muerte de los viñadores homicidas.
No faltan en las epístolas de San Pablo alusiones feconociendo y aceptando la licitud de la pena calital : “En efecto, los magistrados no son de temer cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal. ¿Quieres no temer a la autoridad? Obra el bien, y obtiendrás de ella elogios, pue la autoridad es para ti un servidor de Dios para el bien. Pero, si obras el mal, teme:  pues no en vano lleva espada: pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra el mal (Rm 13,1-4)
O en el libro de los Hechos de los Apóstoles cuando San Pablo proclama: Si he cometido alguna injusticia o crimen digno de muerte, no rehuso morir (Hch 25,11)
No es mi intento recoger las declaraciones de los Padres de la Iglesia en el índice de una Patrología. Solamente viene a la memoria la muy citada sentencia del quizás principal de los Padres, San Agustín, en su tratado de la “ Ciudad de Dios lib.I cap. 21:
…no quebrantaron, ni mucho menos, el precepto de no matarás los hombres que, movidos por Dios, han llevado a cabo guerras, o los que, investidos de pública autoridad, y ateniéndose a su ley, es decir, según el dominio de la razón más justa, han dado muerte a reos de crímenes
Pero viniendo a la Doctrina de la Iglesia hay que reseñar la de Doctores como Santo Tomás de Aquino:

matar a los malhechores, a los enemigos de la república, eso no es cosa indebida. Por tanto, no es contrario al precepto del decálogo, ni tal muerte es el homicidio que se prohíbe en el precepto del decálogo(Santo Tomás de Aquino, ( I-II, q.100, a.8, ad 3). O si un hombre es peligroso a la sociedad y la corrompe por algún pecado, laudable y saludablemente se le quita la vida(Suma Teológica, II-II, q.64, a.2)
El príncipe de la teología moral, San Alfonso también establece la doctrina que spantaño fue guía de moralistas y confesores, que en lo relativo a la pena  de muerte se decanta por la moralidad de la pena capital: Es lícito que un hombre sea ejecutado por las autoridades públicas. Hasta es un deber de los príncipes y jueces condenar a la muerte a los que lo merecen y es el deber de los oficiales de justicia ejecutar la sentencia; es Dios mismo quien  quiere que sean castigados” (San Alfonso María de Ligorio, Instrucciones para el pueblo
Lo mismo establece en diferentes lugares de su Theologia moralis
Todo lo anterior ouede corroborarse en cualquier manual clásico de Teologia.
Quizás la principal condena de la supuesta inmoralidad de la pena de muerte sea la de Inocencio III: Exigió a los herejes valdenses que reconocieran, como parte de la fe católica, que:“El poder secular puede sin caer en pecado mortal aplicar la pena de muerte, con tal que proceda en la imposición de la pena sin odio y con juicio, no negligentemente sino con la solicitud debida” (DS 795/425)
Lo mismo se recoge en los clasicos Catecismos de Trento y de San Pío X.
Los papas como León. III, y Pío XII recogiendo la secular doctrina católica han enseñado la  doctrina sobre la moralidad y justicia de la aplicacion de la Pena capital en los casos en que su aplicacion traiga ventajas a la comunidad de los fieles por el ejemplo y amonestacion y cuando sea proporcional al delito.

Tampoco se diga, como hace Francisco, que se priva con la pena  de muerte al reo de la posibilidad de arrepentirse en el futuro y que se priva al mismo Dios de actuar misericordiosamente,  de intervenir tocando el corazón del malvado y moviéndolo a la conversion. Pero la verdad es justamente la contraria. En la aplicación de la pena capital nunca han faltado los capellanes que la Iglesia proporcionaba, y  quienes pedían al reo, a veces con acentos dramáticos que se arrepintiera de sus delitos y se acogiera a la Misericordia Divina. Fueron incontables los casos en que así lo hicieron los condenados a la pena capital, quienes con gran probabilidad nunca lo hubieran hecho de no haber sufrido la condena de la justicia humana. Puede legítimamente pensarse que sin la pena de muerte innumerables reos no se hubieran beneficiado en ningún monento de su vida de los “excesos” de la Misericordia de Dios y sus almas hubieran padecido para siemore los tormentos del más allá.

Para ilustrar esto último viene a la memoria el caso del famoso en Francia criminal por quien oró Santa Teresita consiguiendo su conversión en el patíbulo poco antes de ser ajusticiado. Esto dice la biografía de la Santa, que dicho sea de paso  no consideraba inhumana y cruel la práctica de la pena de muerte:
Teresita le pidió a Dios por la conversión de un criminalcondenado a muerte y que no daba ninguna señal de arrepentimiento.Dios la escucha y le responde. En el último momento antes de ser ejecutado, el hombre se lanza hacia el crucifico del sacerdote que antes había rechazado, lo besa y le pide perdón a Dios.