martes, 19 de septiembre de 2017

Comienza el cisma de la Iglesia; “Francisco no es Papa": Socci

  Con el cuestionado tema de los últimos 4 artículos republicados en nuestro blog, https://elquijotesiglo21.blogspot.com.ar/, no se pretende en lo mas mínimo alterar las creencias personales o mas bien confusiones que han sido alteradas e introducidas por "los modernistas" seguimientos de la "NUEVA JERARQUIA DE LA SANTA IGLESIA CATOLICA", sino nada mas difundir lo que en otros tiempos se optaba en ella refiriénose a idénticas deteminaciones. La misma libertad otorgada por DIOS al hombre cuando su creación, rige actualmente, no obstante sugerimos "OPTAR POR LA QUE GUIA E INSPIRA A LA SALVACION DE LAS ALMAS"

Comienza el cisma de la Iglesia; “Francisco no es Papa": Socci

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El viernes 3 de octubre, Antonio Socci, vaticanólogo y periodista italiano, presento en Roma su libro "Non è Francesco", explicando porqué Bergolio fue electo no canónicamente, por lo que su elección fue inválida.
 No solo fue jurídicamente nula por inexistencia, dado que Benedicto XVI renunció por una amenaza de muerte (como lo indicó el jesuita Arnaldo Zenteno en el número 3 de su Informe). No solo fue nula, además, porque en realidad salió electo el cardenal Angelo Scola de Milán, a quien lo amenazaron e hicieron renunciar (la misma Conferencia Episcopal Italiana emitió un boletín felicitando a Scola por haber sido electo Papa).
 Sino que, además de esas dos razones, el mismo procedimiento estuvo viciado, según explica Socci en su libro:
 Hubo una quinta votación pues metieron una papeleta de más y en el escrutinio resultaron 116 votos, cuando solo había 115 cardenales.

 La votación se anuló y hubo una sexta votación, en la que salió electo Bergolio.


La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis establece que cuando hubiera dos papeletas dobladas como proviniendo de un mismo cardenal y tuviesen el mismo nombre o uno es blanco, se cuenta como un solo voto. Si en cambio lleva dos nombres diversos, se anulan ambos y ninguno de los dos es válido "pero en ninguno de los dos casos se anula la elección".

La segunda irregularidad del cónclave consiste en esas quinta y sexta votaciones, cuando la Constitución establece que solo debe haber cuatro, dos por la mañana y dos por la tarde.

El libro de Antonio Socci aparece en un momento en que la autoridad de Bergolio es cuestionada por la polémica suscitada por declaraciones en las que aparenta un liberalismo doctrinal, al no sentirse capaz de juzgar situaciones morales ("¿Quién soy yo para juzgar a los gays?"), y cinco cardenales publican una semana antes del sínodo un libro revelándose contra Bergolio, condenando la tesis del cardenal presentador del Sínodo, Walter Kasper, quien puso sobre la mesa la tesis –que según él viene del mismo Francisco- de hacer más laxas las posibilidades de comunión para casados que se separan y se unen con otra persona, ignorando la doctrina de la indisolubilidad (actualmente, la pastoral acoje con sumo respeto y caridad a esas personas, y permite la comunión, previa confesión, en una parroquia donde no sean conocidos, y en un esfuerzo sincero de mantenerse en castidad). El mismo cardenal Burke declaró que la pretensión del cardenal Kasper es "indignante".

Adicionalmente, algunos sacerdotes comienzan a celebrar la Misa para logias masónicas, o a admitir en la Iglesia uniones de homosexuales, aparte de que la primer monja transexual hace noviciado en Londres para ingresar a un convento de monjas, y dos días antes del sínodo se celebra en Roma un Foro para legitimar en la Iglesia la vida de transexuales y homosexuales. En varios de estos casos, los interesados han advertido que si se les niegan estas posibilidades, acudirán a Francisco, al ser considerado más moderno y liberal.

Lo interesante es que el libro de Antonio Socci está basado principalmente en el libro escrito por Elisabetta Piqué "Francisco, Vida y Revolución", que es la biografía "oficial" de Francisco, en la que él mismo relató a la periodista lo sucedido en el cónclave.

La pregunta que se desprende del libro de Socci es si verdaderamente Benedicto XVI sigue siendo el Vicario de Cristo (Bergolio sería sólo el "obispo de Roma"), y qué postura tomará Benedicto ante el cisma que se ha ido fraguando.

Y es que, en el fondo, la discusión se centra en dos cuestiones: si el matrimonio rato y consumado es o no indisoluble, y si un Papa tiene la autoridad de cambiar el depósito de la fe con una nueva doctrina. En la Constitución Dogmática "Pastor Aeternus", con la que el Concilio Vaticano I definió la "infalibilidad" pontificia, se lee: "El Espíritu Santo, de hecho, no fue prometido a los sucesores de Pedro para revelar, con su inspiración, una nueva doctrina, sino para custodiar con escrúpulo y dar a conocer fielmente, con su asistencia, la revelación transmitida por los apóstoles, es decir, el depósito de la fe".

Joseph Ratzinger lo explicaba así: "El Papa no es el señor supremo -desde la época de Gregorio Magno ha asumido el título de "siervo de los siervos de Dios"- sino que debería de ser quien garantiza la obediencia, la conformidad de la Iglesia a la Voluntad de Dios, excluyendo cualquier arbitrio de su parte. El Papa no puede decir: La Iglesia soy yo, o bien: La Tradición soy yo, sino que, al contrario, tiene vínculos precisos, encarna la obligación de la Iglesia de conformarse a la Palabra de Dios. Si en la Iglesia surjen tentaciones de obrar diversamente, de escojer un camino más cómodo, hay que preguntarse si eso es lícito. El Papa no es un órgano que pueda dar vida a la Iglesia, sino una contención contra tal arbitrio".

Y añadía Ratzinger palabras como escritas para el Sínodo: "Por el Nuevo Testamento sabemos que el matrimonio sacramental es indisoluble. Hay corrientes que opinan que el Papa podria abrogar esta obligación. Pero no es así. En enero del 2000, dirigiéndose a los jueces romanos, el Papa Juan Pablo II les dijo que, respecto a la tendencia de ver revocado el vínculo de la indisolubilidad del matrimonio, él no podía hacer lo que quisiera, sino que debe actuar la obediencia, y debe proseguir incluso en este sentido, el gesto del lavatorio de los pies".

También el cardenal Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia, se manifestó abiertamente contra el cardenal Kasper y contra quienes ahora en el Sínodo están diciendo que no se trata de cambiar la doctrina, sino solo la pastoral.

Ratzinger diría que, en la Iglesia, dogma y pastoral no se pueden separar: "se entrelazan de modo indisoluble; es la verdad de Aquel que es al mismo tiempo Logos y pastor, como entendió profundamente el primitivo arte cristiano,  que  figuraba al Logos como pastor, y en el pastor descubría al Verbo eterno, que es para el hombre la verdadera dirección del camino a seguir". No es posible separar la misericordia de la verdad, como pretende el cardenal Kasper.

Así escribieron algunos santos y místicos acerca del cisma que vendría a la Iglesia de nuestros tiempos:

  • San Francisco de Asís: "Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma en la Iglesia".
  • Beata Ana Catalina Emmerick (religiosa agustina): "Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia (...) Esto causará el cisma más grande que se haya visto en la historia".
  • La Santísima Virgen dijo en la Salette: "Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del anticristo".
  • P. Paul Kramer, "El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada".
  • Al P. Stefano Gobbi, místico y fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal, le confió la Santísima Virgen: "Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viviendo".
  • Papa Paulo VI: "El humo de Satanás ha entrado por las grietas de la Iglesia" (Homilía del 29 de junio de 1972).
  • El cardenal Karol Wojtyla fue muy claro cuando declaró, ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, en 1977: "Estamos ante la confrontación histórica más grande que la humanidad haya tenido. Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar".
  • Sor Lucía de Fátima: "Habrá cardenales contra cardenales, obispos contra obispos; satanás marchará en medio de ellos".

Hay que estar atentos a lo que sucederá en la segunda luna de sangre.