domingo, 21 de febrero de 2016

No entiendo lo que sucede en mi Patria; pido por favor que alguien me ilustre por Juan Manuel Otero


TERRORISMO

No entiendo lo que sucede en mi Patria; pido por favor que alguien me ilustre

por Juan Manuel Otero 

atentado comedor Policía Federal 1976
Hace un par de años, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobreseyó definitivamente a un grupo de ex montoneros, entre ellos a Mario Firmenich y a Horacio Verbitsky, por la grave responsabilidad que pudo haberles correspondido en el sanguinario atentado perpetrado en el comedor del edificio de la Policía Federal, en 1976. En aquel ataque fueron asesinadas 23 personas y un centenar de hombres y mujeres que allí estaban circunstancialmente resultaron heridos, en muchos casos de gravedad.


Este terrible atentado -apenas uno de tantos de los “jóvenes maravillosos”- contra inocentes y su conclusión sin consecuencias para sus responsables es otra muestra de la justicia prevaricadora que se instaló hace años en nuestra Nación. Podríamos hablar también de niños destrozados por bombas instaladas bajo su cama por “valientes” terroristas o soldados de la Patria secuestrados por largo tiempo en cuevas llamadas “cárceles del pueblo” y torturados hasta morir, pero centrémonos en este atentado para mejor comprensión de mis dudas.
El fundamento de este caso irresuelto es muy simple, el paso del tiempo sin que se llegue a sentencia ocasiona la prescripción del delito imputado.
Dejando de lado los años y años que esta causa “durmió” apilada juntando polvo, se trata de una conclusión jurídicamente -no moral ni éticamente- justa. Así lo establecen las leyes penales. Pero la gran diferencia es que en este país de prevaricadores jueces tuertos, a los terroristas asesinos que se alzaron en armas contra la Nación sembrando muerte y terror a su paso, les prescriben sus aberrantes delitos. En cambio a los integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad que cumplieron órdenes del Presidente de la Nación, enfrentando y derrotando a los traidores a la Patria, les cabe la tipificación de delitos de Lesa Humanidad y como tales, imprescriptibles.
Ahora bien, es universalmente sabido que cada imputación criminal debe ser juzgada conforme la Ley vigente al momento del hecho. Una Ley posterior no puede ni debe aplicarse para su juzgamiento. Esto es muy claro, la ley penal no es retroactiva, salvo la única excepción en que su aplicación favorezca la posición del imputado frente al Tribunal.
El 17 de Julio de 1998 se aprobó el Estatuto de Roma que tipificó, ergo creó, los delitos de Genocidio y Lesa Humanidad. Soportó media docena de enmiendas y finalmente entró en vigor el 1º de julio de 2002.
En su Art. 7º define como  “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque. Y en algunos de sus incisos cita:
a) Asesinato;
b) Exterminio;
e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional;
f) Tortura;
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de la competencia de la Corte;
i) Desaparición forzada de personas;
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.
Como vemos, se trata de delitos muy conocidos y sufridos por los argentinos en múltiples oportunidades cometidos por las organizaciones terroristas a través de sus integrantes entrenados, equipados y financiados en paraísos comunistas.
Es de aclarar que a estas organizaciones el mismo Estatuto las incluye como responsables, es decir que indefectiblemente  serán pasibles de juzgamiento por la comisión de tales delitos.
Además, conforme los principios universales del derecho penal, el Estatuto es muy claro respecto de la vigencia temporal de la ley penal.

“Nulla poena sine lege”

Artículo 23: Quien sea declarado culpable por la Corte únicamente podrá ser penado de conformidad con el presente Estatuto.

Irretroactividad ratione personae

Artículo 24:
  1. Nadie será penalmente responsable de conformidad con el presente Estatuto por una conducta anterior a su entrada en vigor.
  2. De modificarse el derecho aplicable a una causa antes de que se dicte la sentencia definitiva, se aplicarán las disposiciones más favorables a la persona objeto de la investigación, el enjuiciamiento o la condena”.
Y así llegamos finalmente al interrogante que ningún juez, legislador, funcionario o interesado en el tema nos ha podido responder.
Hemos referido, en uno y otro caso a crímenes cometidos en el siglo pasado cuando no existían los delitos de “Genocidio” ni de “Lesa Humanidad”, es decir que, independientemente de la pena que corresponda, el paso del tiempo prescribe la acción.
¿Por qué, entonces, se aplica la ley en forma retroactiva declarando imprescriptible sólo la represión de los integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad?
¿Por qué los crímenes de alzarse en armas contra la Nación, repelidos por las FFAA, son considerados prescriptos si les corresponde el mismo tratamiento?
Si la ley no es retroactiva ni unos ni otros deberían estar imputados. Y si se concede, con fundamentos contundentes, en aplicar la excepción de retroactividad, los imputados deberían ser también los terroristas junto a los integrantes de las FFAA que hubieran cometido los crímenes tipificados.
Pero atenta contra la moral y choca contra la justicia que quienes se alzaron en armas como cobardes Traidores a la Patria sean premiados con dineros públicos, ensalzadas sus gestas asesinas, elevados a cargos públicos y asesorías presidenciales y quienes cumplieron justas órdenes de combatirlos sufran cárceles inhumanas por años y años, sin sentencia, sin pruebas, sin derechos de excarcelación por avanzada edad, falta de resolución, estado de precaria salud, en fin por falta de DERECHOS HUMANOS.
Invito finalmente al Secretario de Derechos Humanos, a los jueces de la Nación, a Fiscales, a Legisladores y a tantos periodistas de renombre que se dedican a ensalzar a los terroristas y denostar a quienes nos defendieron del peligro  comunista, a que me ilustren porque no comprendo lo que sucede en mi querida Patria.

MI OPINIÓN A SU PREGUNTA: Tratando de ser lo más sintético posible, lo que sucede en la Argentina es que estamos llenos de argentinos. El argentino medio es un individuo egoísta, desmemoriado, oportunista, pagado de si mismo, ingrato, vanidoso en extremo que cree que todo el mundo debe considerarlo, el típico ventajero que se las cree todas y en estos últimos tiempos hace gala de un panquequismo “made in house” que los hace más condenables. Por esos vicios enumerados, los argentinos permitieron que aquellos que nos defendieron y salvaron de las hordas comunistas, paguen la cobardía de una dirigencia corrompida hasta el tuétano que se amancebó con los poderes de turno, esos que antaño querían la destrucción de la guerrilla, pero como en política siempre hay intereses cambiantes,  una vez que lo hicieron, los vientos fueron en otras direcciones y los buenos ya no eran buenos y los malos ya no eran malos. Por lo tanto las reglas fueron otras, algo así como con el flautista de Hamelin o si se quiere más folclórico, el típico caso del profiláctico, que se usa y luego se desecha. Por eso es que estamos cuesta abajo en la rodada como cantaba Gardel y no pararemos hasta que este pueblo vuelva a ser heroico y valiente. Mientras tanto, que se sigan muriendo los soldados que nos defendieron, es un tema menor, los problemas de este pueblo son la inflación, la inseguridad, el ajuste salarial, no pagar ganancias y las vacaciones, lo demás le importa un rábano.
Para muestra basta un botón, qué se puede pretender de este pueblo si quien supuestamente sería el Vicario de Cristo en la tierra, argentino también él, se desgañita “misericordiando” por los derechos de los homosexuales, de los adúlteros, de los musulmanes, de los ateos, de los comunistas, de la madre tierra y el verso de la ecología mundialista, pide por la liberación de una delincuente que carga sobre sus espaldas todos los delitos que la ley pena, narcotraficante, jefe de una asociación ilícita de terroristas marxistas, ladrona que ha robado centenares de millones de pesos en complicidad con un gobierno corrupto que ha desmembrado la República, extorsionadora y mafiosa profesional, y no ha abierto su boca por esos pobres ancianos víctimas de la venganza de los terroristas derrotados en la guerra de la subversión de los setenta.
Mi amigo, este pueblo no tiene cura y el que se hace pasar por uno es un farsante.