domingo, 6 de diciembre de 2015

FRANCISCO SABOTEA EL DERECHO A LA LEGÍTIMA DEFENSA

Por moimunan el 5 de diciembre de 2015

¿Por qué Francisco fue a visitar la Mezquita de Bangui?

Margaret C. Galitzin

Durante su viaje a África, uno de los principales hitos de Francisco fue la visita a la peligrosa ciudad de Bangui, ahora devastada por la guerra, capital de la República Centroafricana (RCA). No muchos estadounidenses saben lo que está pasando allí. En la RCA las milicias católicas han organizado su autodefensa contra los musulmanes y los han expulsando por millares. En 2013, vivían en Bangui más de 100.000 musulmanes, en una población total de 750.000. Hoy, se estima que permanecen en la ciudad menos de mil musulmanes.

Miembros de las Milicias musulmanas aterrorizaban con machetes a católicos y protestantes

Veamos lo que pasó. En marzo de 2013, el Seleka, una coalición islámica de milicias, se apoderó de Bangui, dando un golpe de estado e instaló en ella el primer presidente musulmán del país, Michel Djotodia. Las milicias Seleka inmediatamente procedieron a aterrorizar a la mayoría católica y la población protestante (en la RCA la población era de un 30% de católicos, 50% de protestantes y 15% musulmanes).

Hoy, los órganos de prensa internacionales ignoran oportunamente las atrocidades indecibles que fueron perpetradas allí contra los católicos, pero los habitantes de Bangui no olvidan el terror que llegaron a experimentar. Los musulmanes de todo el país se unieron a las filas de las milicias; musulmanes de otros países también vinieron para unirse al saqueo y la matanza. Se informó que los musulmanes violaban a mujeres católicas, degollaban a niños, arrasaban aldeas, quemaban las iglesias católicas, cortando las orejas y las extremidades con machetes, arrojando a los jóvenes a los cocodrilos. Amnistía Internacional calificó suavemente estos horrores como “violaciones de los derechos humanos”.

Se hicieron llamamientos para lograr una intervención internacional para proteger a la Iglesia católica y a la población protestante, blanco de ataque de los musulmanes. Llegó un pequeño contingente de asesores regionales de África y algunas fuerzas de paz francesas, pero apenas tuvieron efectividad.

Así pues, los católicos y protestantes, en lugar de quedarse quietos y permitir que las milicias musulmanas minoritarias siguieran aterrorizando a las población del país invadido, hicieron algo inusual en nuestros tiempos pacifistas. Tomaron las armas y formaron milicias, para defender el país, llamadas Anti-Baluka (es decir, anti-machete). Miles de personas murieron en los combates entre el Anti-Baluka y el Seleka, pero la mayoría de las milicias anti-Baluka resultaron victoriosas.

Milicianos Anti-Baluka decidieron luchar en legítima defensa para proteger la fe y la familia

A partir de ahí, la prensa tomó un poco más de interés en esta guerra de África, pero sólo para pintar cuadros vivos de la “intolerancia” de los cristianos y de la “venganza sangrienta” que estaban causando en los “pobres musulmanes.” El comandante de las tropas francesas en el CRA fue llegó a acusar a las milicias anti-Baluka de ser el “principal enemigo de la paz” en el país. Las autoridades de la Iglesia Católica tampoco apoyaron a las milicias anti-Baluka. El Arzobispo de Bangui Dieudonné Nzapalainga, recientemente galardonado con un premio de la paz de la ONU, pidió a los medios de comunicación no hacer referencia a los milicianos Anti-maluka denominándolas “milicias cristianas.” “Llámenlas ‘milicias de autodefensa’, ‘milicias del pueblo’, pero por favor nos sobra la palabra ‘cristiano’ en este contexto “, insistió. ¿Por qué dice eso? Porque hacen que los musulmanes tengan que huir … El resultado a día de hoy es el siguiente: Más de 440.000 musulmanes fueron desplazados y viven en campamentos a lo largo de la frontera y alrededor de 200.000 han huido a la vecina Camerún, Chad y el Congo, según las Naciones Unidas. La población musulmana de un 15% se ha reducido a menos de un 1 por ciento. En palabras de Amnistía Internacional esto es una “terrible limpieza étnica” e histéricamente advierte de un “éxodo musulmán de proporciones históricas.” La respuesta de los miembros Anti-Baluka ha sido proclamar con orgullo que no se detendrán hasta que hayan “limpiado” el país de musulmanes y lo harán para que sus esposas e hijos puedan vivir con seguridad y practicar la religión libremente. Ellos ven esto como una guerra religiosa y se ven a sí mismos como una milicia que defiende a su país.

Francisco sabotea la lucha por la autodefensa

Así pues, ¿Ante esto qué ha hecho Francisco? No alentó a la resistencia católica ni predicó una cruzada contra los musulmanes, como muchos podrían desear. Él, por supuesto, hizo todo lo contrario. Se dirigió a la mezquita de la ciudad y, en un movimiento de clara autopropaganda, rodeado de Imanes y de niños musulmanes, saludó al grupo como “queridos amigos musulmanes y seguidores del Islam” Luego, procedió a predicar la paz y la fraternidad: “Los cristianos y los musulmanes son hermanos y hermanas “, dijo.

Francisco saluda calurosamente en la Gran Mezquita de Bangui a los pocos musulmanes que aún quedan,

En la guerra que se está desarrollando, nada podría ser más favorable a los musulmanes. Pero Francisco de hecho encontró algo “no realista” que decir . Contra toda evidencia, insistió en que las razones de la lucha “propiamente no se basan en motivos religiosos.” No, para Francisco, no es una guerra religiosa en absoluto. No especificó qué era en realidad, pero a juzgar por otros comentarios suyos en África, probablemente culparía al capitalismo, al comercio de diamantes, o tal vez incluso el cambio climático para explicar la mutua matanza que está sucediendo hoy en la RCA. Pero si usted acude a la calle, donde la lucha tiene lugar, y habla con la gente, oirá la verdad que todo el mundo sabe, que esto es una guerra religiosa. El jefe de los anti-Baluka Dopani Firmin lo afirma con firmeza: “A largo plazo no podemos convivir con los musulmanes. Nos asiste el derecho de matar a los musulmanes. “Los musulmanes también reconocen la naturaleza religiosa de la guerra y proclaman su objetivo de continuar la lucha.Una mujer musulmana llamada Abidah que vive en uno de los campamentos de refugiados en la frontera custodiada por tropas de la ONU perdió el año anterior a su marido en la lucha, y sus hijos quieren venganza. “Las personas de ahí fuera [del campo de refugiados] son nuestros enemigos y nos separan de ellas nuestras creencias religiosas”, dice simplemente.

Convoyes de camiones con musulmanes abandonan Bangui

“Estoy dispuesto a matar”, dice Younus Yamsa, otro refugiado musulmán, en un campamento.”Si Dios me da la oportunidad de vengarme, la aprovecharé”, dijo a los periodistas simpatizantes.” Si no puedo hacerlo, contaré a mis hijos la historia para que puedan vengarnos.” Estas son las personas que Francisco y las fuerzas de paz de la ONU quieren que sean aceptadas por la población de la RCA para que vivan de nuevo en sus tierras como “hermanos”, con objeto de “estabilizar” el país.

La milicia Anti-Baluka, por el contrario, se enfrenta a la cruda realidad: Ellos saben que la única manera de estabilizar su país es deshacerse de los musulmanes, cuyo objetivo declarado es destruir el cristianismo y dominar el mundo.

El mundo, en mi opinión, debería comprender que el modelo de las milicias anti-Baluka de Bangui es una reacción de auto-defensa natural ante el creciente terrorismo islámico que estamos viendo en todas partes, en África, Europa y los Estados Unidos.

Si la Iglesia Progresista y la ONU masónica no hicieran todo lo posible para impedir estos brotes que son reacciones naturales, se resolvería buena parte de la amenaza musulmana al mundo.

Publicado 04 de diciembre 2015 por TIA

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