LA FIGURA DE SAN MARTIN, DESNUDA A LOS MISERABLES
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(Principales párrafos extractados de la carta que el Gral. San Martín enviara desde Grand Bourg, el 30 de octubre de 1839, al entonces Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina)
“Por la honorable nota de 18 de julio del presente año se sirve V. S. comunicarme el decreto del Excmo. señor Capitán General de la provincia de Buenos Aires, encargado de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, de mi nombramiento como ministro plenipotenciario cerca del gobierno de la república del Perú; esta prueba de alta confianza con que me honra S. E. ha excitado mi más vivo reconocimiento, y no correspondería a ello si no manifestase a V. S. las razones que me impiden aceptar tan honrosa misión.”
“Si
solo mirase mi interés personal, nada podría lisonjearme tanto como el
honroso cargo a que me destina”. ...“Pero faltaría a mi deber si no
manifestase igualmente que, enrolado en la carrera militar desde la edad
de doce años, ni mi educación, ni mi instrucción las creo propias para
desempeñar con acierto un cargo de cuyo éxito puede depender la paz de
nuestro suelo”.
“Si una buena voluntad, un vivo deseo de acierto y una lealtad la más pura fuesen solo necesarias para el desempeño de tan honrosa misión, he aquí todo lo que yo pudiera ofrecer para servir a la República; pero S. E. el señor gobernador conocerá, como yo, que estos buenos deseos no son suficientes. Hay más, y este es el punto principal en que, con sentimiento, fundo mi renuncia. Al confiarme S. E. tan alta misión, tal vez ignorara o no tuvo presente que después de mi regreso de Lima, el primer Congreso del Perú me nombró generalísimo de sus ejércitos, señalándome al mismo tiempo una pensión vitalicia de 9.000 pesos anuales. Esta circunstancia no puede menos que resentir mi delicadeza, pensando que tendría que representar los intereses de nuestra República ante un Estado a quien soy deudor de favores tan generosos, y que no todos me supondrían con la moralidad necesaria para desempeñarla con lealtad y honor”.
“En vano yo opondría a este proceder una conducta firme e irreprochable; me sucedería lo que a mi llegada a Mendoza en el año 23, que los enemigos de la administración de Buenos Aires, en aquella época, me presentaban como el principal agente de la oposición, a pesar de la distancia que me separaba de la capital, y de mi conducta, la más imparcial.
He aquí, señor Ministro, las fundadas razones en que por primera vez y con sentimiento mío, me veo obligado a no prestar servicios a la República, y que espero se servirá V. E. elevarlas a conocimiento de S. E., protestándole al mismo tiempo mi más vivo y sincero reconocimiento a la alta confianza que me ha dispensado”.
“Dios guarde a V. E. muchos años”.
José de San Martín=========================================================================
Mientras vemos la grandeza de este hombre sin par, de su humildad real sin fingimientos y de su prudencia de hidalgo caballero, observamos con profunda vergüenza y repugnancia, cómo estos detentadores del poder que como sanguijuelas hediondas surgieron con esta espasmódica democracia, están siempre dispuestos a aceptar cualquier cargo, los que por supuesto en todos los casos les queda enorme a sus reales capacidades.
¿Acaso alguien puede dudar que si a D´Elía le ofrecieran el cargo de Presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, este lo rechazaría?
Así como este, podríamos dar el ejemplo de decenas de miles de "marrones" que sobreviven del erario público, en cargos electivos y selectivos, zánganos, parásitos, inservibles consuetudinarios que pululan por doquier, que han aceptado, aceptan y aceptarán infinidad de cargos en este bendito país para seguir aportando su cuota parte de destrucción..
“Si una buena voluntad, un vivo deseo de acierto y una lealtad la más pura fuesen solo necesarias para el desempeño de tan honrosa misión, he aquí todo lo que yo pudiera ofrecer para servir a la República; pero S. E. el señor gobernador conocerá, como yo, que estos buenos deseos no son suficientes. Hay más, y este es el punto principal en que, con sentimiento, fundo mi renuncia. Al confiarme S. E. tan alta misión, tal vez ignorara o no tuvo presente que después de mi regreso de Lima, el primer Congreso del Perú me nombró generalísimo de sus ejércitos, señalándome al mismo tiempo una pensión vitalicia de 9.000 pesos anuales. Esta circunstancia no puede menos que resentir mi delicadeza, pensando que tendría que representar los intereses de nuestra República ante un Estado a quien soy deudor de favores tan generosos, y que no todos me supondrían con la moralidad necesaria para desempeñarla con lealtad y honor”.
“En vano yo opondría a este proceder una conducta firme e irreprochable; me sucedería lo que a mi llegada a Mendoza en el año 23, que los enemigos de la administración de Buenos Aires, en aquella época, me presentaban como el principal agente de la oposición, a pesar de la distancia que me separaba de la capital, y de mi conducta, la más imparcial.
He aquí, señor Ministro, las fundadas razones en que por primera vez y con sentimiento mío, me veo obligado a no prestar servicios a la República, y que espero se servirá V. E. elevarlas a conocimiento de S. E., protestándole al mismo tiempo mi más vivo y sincero reconocimiento a la alta confianza que me ha dispensado”.
“Dios guarde a V. E. muchos años”.
José de San Martín=========================================================================
Mientras vemos la grandeza de este hombre sin par, de su humildad real sin fingimientos y de su prudencia de hidalgo caballero, observamos con profunda vergüenza y repugnancia, cómo estos detentadores del poder que como sanguijuelas hediondas surgieron con esta espasmódica democracia, están siempre dispuestos a aceptar cualquier cargo, los que por supuesto en todos los casos les queda enorme a sus reales capacidades.
¿Acaso alguien puede dudar que si a D´Elía le ofrecieran el cargo de Presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, este lo rechazaría?
Así como este, podríamos dar el ejemplo de decenas de miles de "marrones" que sobreviven del erario público, en cargos electivos y selectivos, zánganos, parásitos, inservibles consuetudinarios que pululan por doquier, que han aceptado, aceptan y aceptarán infinidad de cargos en este bendito país para seguir aportando su cuota parte de destrucción..
