lunes, 27 de julio de 2015

LOS INFORMES NACIONALES: SILENCIO. . NI SE ACUERDAN O LOS HICIERON OLVIDAR. . .


Bajo la nueva gestión de Grasso, sigue todo igual: continúan los mismos, la culpa es de Roquel y de Cantín nadie se acuerda


Pablo Grasso juró esta tarde - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

27/07 – 16:40 – Pablo Grasso, el nuevo intendente interino que asumió tras la renuncia de Raúl Cantín, empezó con el pie izquierdo. No puede resolver el problema municipal, no ha convocado a los municipales, utiliza la cadena de la alegría para dar señales de lo que no se anima a decirle cara a cara al SOEM, sigue con los trabajadores en la puerta, dijo que “nadie llegará con la valija” (olvídense del pago) y por si esto fuera poco, mantiene en sus cargos a los mismos depredadores del patrimonio y las finanzas de la municipalidad de los últimos 3 años y medios, que acompañaron a Cantín y son culpables primarios de la debacle municipal.(Por Rubén Lasagno)


El ex concejal y actual intendente interino, Pablo Grasso, asumió el día viernes 25, hasta el momento no convocó al SOEM, uno de los mayores problemas que tiene para arrancar su gestión, pero durante el fin de semana, se cuidó de cumplir las órdenes superiores, entre ellas, las de dejar en su cargo al Secretario de Desarrollo Comunitario, Daniel Álvarez, funcionario del área durante toda la gestión del ex intendente, responsable directo del vaciamiento municipal y las irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas, pero con la chapa de impunidad de ser el chofer de la presidenta, cuando la mandataria recala en Río Gallegos y ser el canal de fondos que envía Alicia Kirchner, para aplicar en materia social.
Otro de los inamovibles, es el Secretario de Obras Públicas y Urbanismo de la municipalidad, el arquitecto Gastón Forneris, también acompañante de la desastrosa gestión de Cantín y quien como Álvarez, debiera estar investigado por el manejo de fondos para la obra pública municipal, donde se han detectado e informado todo tipo de irregularidades y sobreprecios.
Grasso, aún no ha convocado al titular del SOEM, Pedro Mansilla, a mantener una reunión previa a los acuerdos generales, aunque sea para imponerse de la situación, algo innecesario si se piensa que como presidente del HCD, Grasso está al tanto de todo y tiene pleno conocimiento de la gravedad del problema. Sin embargo, el nuevo intendente, eligió la vía indirecta para decirle a Pedro Mansilla (Secretario General), que de plata no se puede hablar.
En medios locales de la denominada “cadena de la alegría”, la misma en la que habló Máximo y facturan sin cesar con cargo al erario público, aunque sean pocos los que los lean y menos los que se hacen eco de sus dichos y notas, Grasso hizo referencia a la necesidad de que los trabajadores municipales levanten el paro como señal de buena voluntad y dijo “nadie va a venir de afuera (a Río Gallegos) a limpiar ni a traer dinero, por lo cual todos se deben poner a trabajar para reflotar la situación” y aclaró que nadie debe seguir esperando que vengan “con la valija”, una desafortunada acotación de Grasso, teniendo en cuenta que los máximos referentes del partido al que pertenece, están sospechados de haber movido valijas y bolsos de dinero, producto del lavado y los sobreprecios en la obra pública.
El principal problema de que “no hay plata”, no les fue comunicado a los trabajadores, quienes están esperanzados que la “nueva gestión” resuelva el problema de los salarios, el aguinaldo y el 15% adeudado, además de normalizar el pago de los sueldos, el cual en poco días más deberán hacerse efectivos.
El nuevo intendente, ha tomado un sendero sinuoso, en vez de caminar por la ruta principal y como Cantín, prefiere comunicar a través de entrevistas pautadas, las cuales hacen aparecer como un llamado circunstancial de alguna radio, en vez de utilizar el “cara a cara”, tan importante en este momento, en que la gestión de Cantín se encargó de profundizar una brecha en el diálogo con el sindicato, lo que ha generado aún más conflicto y demanda mayor sinceramiento de las relaciones institucionales.
Grasso pretende, que el sindicato se dé por enterado (por los medios) de que se puede hablar de cualquier cosa, menos de plata y es precisamente plata, lo que el intendente interino debe tener en su caja para comenzar a revertir la situación de conflicto. No entender esto, es haber cambiado algo para que nada cambie y es entonces cuando debemos preguntarnos, ¿Realmente el FPV buscaba sacar a Cantín por inútil, o darle impunidad quitándolo del foco del conflicto, mientras ganaba “aire político” con la gestión de Grasso, para lanzar a su verdadero candidato, Francisco Angelsio?. Si esto es así, el actual intendente sin plata, será la lápida de toda aspiración del FPV a la municipalidad de Río Gallegos, por mucho tiempo.
De todos modos, nada de los planes político podrán ser realidad, si no pagan la deuda con los trabajadores y se comienza a reestructurar las áreas caídas, darle funcionalidad al trabajo municipal, reactivar la cadena de recaudación y sanear la ciudad. Pero para eso se necesita algo más que palabras y buenas intenciones; no es posible pedir paz, cuando no se ha decidido finalizar la guerra. En otros términos, Grasso no puede pedir que los demás se sacrifiquen si él no dá señales claras de que es diferente a Cantín y hasta el momento, dejando a los funcionarios claves del ex intendente en puestos donde debe renovar los aires y transparentar la gestión y declarando en los medios que no tiene plata porque en la caja encontró 364 mil pesos, lo que tendría que haberlo expresado ya en una mesa con el gremio y denunciado ante la justicia, el ex concejal está siendo una clara prolongación de la gestión anterior y pone su cara, creyendo que el cambio de nombre funcionará como un arte mágico, para que todos vuelvan a creer que se viene un cambio.
Además, Grasso incurre en los mismos vicios que arrastró Cantín, haciendo responsable de la catastrófica situación municipal al ex intendente Radical Héctor Roquel, quien hace casi cuatro años se alejó de la gestión; el ex concejal cometió el grave pecado de saltar con memoria selectiva el objeto de los padecerse de los rigalleguenses: Raúl Cantín, pretendiendo enfocar las culpas, irresponsablemente, hacia alguien que dejó el cargo en manos de su propio partido.
Dicho esto, está claro que Pablo Grasso cree en la posibilidad de arreglar este tremendo dislate, al que nos llevó el oficialismo, es con palabras, promesas y pedidos de reflexión.
Fuentes muy confiables del propio FPV, nos aseguran que la ayuda financiera llegará, pero no es la forma en que inicialmente estaba pactada, por cuanto, luego de nuestra nota, advirtiendo que la aparición imprevista de los fondos funcionaría como una confirmación del autogolpe instituido por el mismo Partido, buscan la forma de “legalizar” el ingreso de las partidas para lo cual (indicaron las fuentes) no sería imposible que “vuelvan a utilizar a la provincia como aportante de los fondos, aún cuando el gobernador haya dicho personalmente hace poco tiempo, que la provincia no puede ayudar al municipio, por fuera de la coparticipación establecida”.
Dicho esto, los tiempos se acortan. Grasso tiene cada vez menos margen de maniobras para encontrarle una solución a todos los problemas que asoman en la administración municipal. Cualquiera de las opciones que busque, le dejarán un efecto residual políticamente adverso. Su única salida es despegarse completamente de Cantín y sus secuaces. Dar clara señal que cambia 180º el rumbo de la anterior administración; pero nada de eso ocurre ni ocurrirá porque no es autónomo y todo tiende a parecerse a lo que estuvo establecido desde el 2011 a la fecha.
Sin plata, sin sinceramiento, sin diálogo cara a cara, sin limpieza de los funcionarios responsables y sin ánimo de mejorar de cara al futuro, será muy difícil para Grasso construir hacia delante, menos aún, si permite que el bagaje de funcionarios políticos que le dejó Cantín, sean pasados a planta sin objetar este otro gran fraude a la administración municipal en los que han incurrido sistemáticamente todos los intendentes, incluyendo de la oposición, pero que institucionalizó como una (mala) costumbre de la política prebendaria, el FPV, que ha hecho de Estado (municipal, provincial y nacional) una agencia de colocación, donde se pagan con puestos de trabajos, los favores políticos recibidos y se asegura el pasar de los amigos. Si Grasso tiene aspiraciones a ser electo como Intendente, debe cambiar desde los cimientos la matriz corrupta de Cantín, o perecerá en el intento. (Agencia OPI Santa Cruz)