La justificación de la tibieza ante la neo iglesia -
Augusto TorchSon
El innoble silencio de los sacerdotes ante
las herejías del obispo de Roma y sus gestos cada vez más groseros en apoyo a
los más anticristianos movimientos en el mundo entero, ya es algo que no tiene
ningún tipo de justificativo.
La obscena y profana "misa criolla"
promovida por Bergoglio en el mismísimo Vaticano, realizada por prosodomitas y
abortistas reconocidos públicamente, así como un manifiesto apoyo al
indigenismo anticristiano y antihispanista, requieren de una denuncia pública
de parte de quienes se dicen ministros de Cristo.
Sin embargo estos perros mudos, colaboran con su cobardía y tibieza a la conducción masiva de almas al infierno con su indiferencia a la que llaman prudencia. Y me refiero especialmente a los que con inmensa caradurez se dicen tradicionalistas; a los que escupen cuanta grosería se les viene a la mente con respecto a Bergoglio siempre y cuando estén en el más hermético y cuidado de los ambientes, y así calman sus conciencias creyéndose "soldados de Cristo" por realizar sus privadas defensas de la fe. Vaya esto también para sus seguidores laicos.
Sin embargo estos perros mudos, colaboran con su cobardía y tibieza a la conducción masiva de almas al infierno con su indiferencia a la que llaman prudencia. Y me refiero especialmente a los que con inmensa caradurez se dicen tradicionalistas; a los que escupen cuanta grosería se les viene a la mente con respecto a Bergoglio siempre y cuando estén en el más hermético y cuidado de los ambientes, y así calman sus conciencias creyéndose "soldados de Cristo" por realizar sus privadas defensas de la fe. Vaya esto también para sus seguidores laicos.
Estos son más culpables que los progresistas.
Son los que mandan información para que publiquen otros, los que invitan a
otros para que digan lo que ellos no se atreven a decir y los que se disfrazan
de nacionalistas y ortodoxos observando formas exteriores tradicionales, pero
escondiendo la vela debajo de la mesa aduciendo "prudencia" y "cuidar
a los que tienen a cargo". Nunca pensando en que la mejor manera de
cuidar a sus subordinados es predicar la verdad a tiempo y destiempo.
Ven, escuchan y se lamentan en privado de
todas las transgresiones a la sana doctrina, más contribuyen con sus pecados de
omisión a la propagación de las mismas. TRAIDORES. CURAS, OBISPOS, CARDENALES.
En unos pocos días tuvimos que escuchar que
el cielo no es un lugar sino un estado, que todos nos iremos al mismo,
"todos", incluso los perros, cerdos, serpientes, zorrinos y
sanguijuelas, de boca del "number one" de la neo iglesia,
y sin embargo, todos estos "tradicionalistas"
cuchichean y hasta como dice el mismo Bergoglio "chismorrean" pero nunca se paran a gritar lo que
corresponde. Al que le quepa el sayo que se lo ponga.
Incluso tuvimos que escuchar a Bergoglio
mentir una vez más, cuando arremetiendo contra los que cumplen con los
preceptos de la Iglesia y respetan su doctrina, a los que siempre llama
hipócritas; dijo: “Pío XII nos liberó de
aquella cruz tan pesada que era el ayuno eucarístico”. “Tal vez alguno de
ustedes lo recuerdan. Ni siquiera se podía tomar una gota de agua. ¡Ni
siquiera! Y para lavarse los dientes, se tenía que hacer sin tragar agua. Yo
mismo de muchacho fui a confesarme de haber hecho la comunión, porque creía que
una gota de agua había ido dentro. Es verdad ¿o no? Es verdad. Cuando Pío XII
cambió la disciplina – ‘¡Ah, herejía! ¡No! ¡Ha tocado la disciplina de la
Iglesia!’ – tantos fariseos se escandalizaron. Tantos. Porque Pío XII había
hecho como Jesús: ha visto la necesidad de la gente. ‘Pero pobre gente, ¡con
tanto calor!’. Estos sacerdotes que celebraban tres Misas, la última a la una,
después de mediodía, en ayunas. La disciplina de la Iglesia. Y estos fariseos
eran así – ‘nuestra disciplina’ – rígidos en la piel, pero como Jesús les dijo,
‘putrefactos en el corazón’, débiles, débiles hasta la putrefacción. Tenebrosos
en el corazón”. (Aquí)
Como nos recuerda nuestra amiga Maite C, el
catecismo de San Pio X que se utilizaba en ese entonces, con toda claridad
prescribe: 635.- ¿Qué ayuno debe guardarse antes de la Sagrada Comunión? – Antes de la
Sagrada Comunión debe guardarse el ayuno eucarístico, que consiste en
abstenerse de alimento sólido o bebida alcohólica tres horas antes de comulgar,
y de alimento líquido o bebida no alcohólica, una hora antes de la comunión. El
agua natural puede tomarse a cualquier hora y en cualquier caso. Los enfermos
pueden tomar verdaderas medicinas, sólidas o líquidas, y bebidas no alcohólicas
en cualquier tiempo y sin ninguna limitación.
Y ante esto, ¿Cuántos “tradicionalistas” que usan como estandarte la imagen y el
magisterio de este Santo Papa (Pio X), van a salir a decir públicamente que
miente Bergoglio con todos sus dientes?
Se tuvo que inventar el neologismo "misericordear" para definir
irónicamente la acción bergogliana de silenciamiento y castigo a los "verdaderos
católicos, tradicionalistas y ortodoxos", mientras se les abría
las puertas a los fornicarios, adúlteros, afeminados, sodomitas, ladrones,
borrachos, etc., en su condición de tales; y la respuesta de estos sedicentes "guerreros" es que "hay que ser prudentes y esperar a que
las condiciones estén dadas para hablar públicamente". Esto significa "cuando
nos aseguren que no habrá consecuencias, pueden contar con nuestro apoyo".
Sin ser especialista en psicología, entiendo
que la gente sigue a quienes consideran que tienen autoridad. Así, aunque
erróneamente, se sigue sin discutir y sin entender lo que se manda y lo que se
impone, cuando se confía en el mandante. Es como llegamos al obediencialismo
que prescinde de cualquier uso de la razón y de formación, confiando en quien
ostenta la figura del líder. Sin dejar de cuestionar la comodidad que esta
postura implica, es interesante observar como cuando siendo varios los
referentes a quienes se les reconoce autoridad, al haber disenso entre ellos,
la gente empieza a cuestionarse el seguir obedeciendo ciegamente y empieza a
considerar la conveniencia de optar por seguir a unos u otros.
Proponemos a tal fin un extracto de la
película francesa "I como Icaro" que subimos aquí. http://youtu.be/35JwJw1Xdy8
Trasladada la situación a la Iglesia pudimos
observar como los católicos ignorantes de su fe (aquí podemos hablar de un
porcentaje muy superior al 90%); cuando vieron a gente que se consideraba seria
y respetable, cuestionar las transgresiones de Bergoglio y sus protegidos; tal
el caso del Cardenal Burke, Mons. Schneider, etc., los fieles confundidos e
ignorantes, empezaron a cuestionarse lo que antes les sonaba extraño, pero al
no tener los elementos adecuados para el discernimiento, preferían confiar en
lo que creían que correspondía, es decir, seguir al que tiene que "representar"
a Cristo, aunque en los hechos lo traiciona constantemente.
Y así, a partir del Sínodo, donde se
cuestionaron y pusieron a consideración, las mismas enseñanzas de Nuestro Señor
Jesucristo, es que muchos fieles, habiendo escuchado las voces en defensa de la
verdadera Fe, se empezaron a preguntar si estaban en lo correcto al seguir a
este adulador de las masas que desprecia todo lo que le sugiera pureza,
santidad, orden y heroísmo, tratando por el contrario de nivelar hacia abajo, llevándonos
hacia lo ordinario y vulgar, nunca mirando al cielo. Y lógico resulta si tiene
esa concepción del Paraíso a la que antes nos referimos.
Aunque sin lugar a dudas se tiene que cumplir
lo previsto en las Sagradas Escrituras para los últimos tiempos y la impostura
religiosa tiene que ser inmensa, mucho bien harían, quienes ostentan el título
de pastores de advertir a sus ovejas de no seguir falsas doctrinas, denunciando
a quienes las transmitan, ocupen el puesto que sea.
Una vez más, y sin importar ser reiterativos,
tenemos que mencionar la importancia de dar batalla sin que nos corresponda la
victoria, ya que ésta sólo le corresponde a Dios. Que sean nuestras heridas en
la misma la que den testimonio de nuestra fidelidad y entrega a la causa de
Cristo. E invitando a quienes son destinatarios de estas duras palabras a que
dejen su comodidad y tibieza, les advertimos que aunque prediquen el juicio
particular, no creen en él, ya que no pueden hablar de lo que no dan
testimonio. Porque si creen que van a ir al cielo quedándose callados, más
bien, el lugar al que irán, será el que predica el “obispo de Roma”, incluyendo
en el mismo a las alimañas y no al que realmente nos hará compartir eternamente
el destino de Nuestro Señor y Dios Nuestro Jesucristo.
Trabajando
para que Cristo reine
Augusto TorchSon
Nacionalismo Católico
San Juan Bautista