viernes, 29 de agosto de 2014

La huelga mostró el fuerte crecimiento de la izquierda revolucionaria

La huelga mostró el fuerte crecimiento de la izquierda revolucionaria

agosto 29, 2014
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Moyano deja atrás el viejo macartismo sindical.
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Desde el nacimiento del peronismo a mitad de la década del ‘40, en sus filas se acuñó la consigna “ni yanquis ni marxistas, peronistas”, en referencia al Partido Comunista Argentino, liderado durante décadas por Victorio Codovila, ligado al estalinismo soviético. Esta línea continuó durante los diez años del gobierno del general Perón, por ejemplo, en junio del ’55, el dirigente del PC Juan Ingalinella fue asesinado por la policía del gobierno peronista y el hecho movilizó a radicales y socialistas, que nunca fueron macartistas. Así fue que los comunistas acompañaron la Revolución Libertadora, aunque años después se arrepintieron, porque los militares que llegaron al poder en el Ejército en la época de Arturo Frondizi eran profundamente anticomunistas y persiguieron a la militancia de izquierda con el Plan Conintes, que unió a peronistas, radicales y comunistas contra la represión. Más tarde, avanzado los ‘60, el PC se acercó al sector más progresista de la UCR, por ejemplo Carlos Becerra y Conrado Storani, mientras que el peronismo, y especialmente el sindicalismo, seguía con el “ni yanquis ni marxistas, peronistas”. Lo mismo ocurrió con el golpe del general Juan Carlos Onganía, apoyado por los dirigentes sindicales, y con la “noche de los bastones largos”, que unió a los comunistas con los radicales y socialistas para defender la autonomía universitaria conculcada por la dictadura militar.

La apertura de Moyano

Guille-3-14-2En la siguiente etapa, los ‘70, cuando Montoneros entró en los gremios con la JTP, el entrismo que practicaba la izquierda hizo que convivieran los Montoneros, el ERP y los comunistas, lo que continuó hasta después del proceso militar. Pero anteayer, cuando Moyano, Barrionuevo, Venegas y Michelli anunciaron el paro general, dejaron un espacio para el orador que representaba al Partido Obrero, demostrando la amplitud de Moyano, que enterró así el “ni yanquis ni marxistas…” En cambio, el fin de semana, la dirigencia del viejo Partido Comunista se reunió en Córdoba para festejar los 35 años de las brigadas del café que mandó a Nicaragua para apoyar la lucha del Frente Sandinista de Liberación. Allí anunciaron que no apoyarán a Daniel Scioli como candidato del Frente para la Victoria, por considerar que no los representa, aunque se mantuvieron en convocatoria del nucleamiento kirchnerista que alberga a Luis D’Elía (MILES), el socialismo de Jorge Rivas y demás grupos cristinistas que organizaron el acto en el Luna Park hace 15 días con participación de La Cámpora. El Partido Comunista Argentino sigue liderado por Patricio Etchegaray y el magnate cristinista Hugo Sigman, productor del filme Relatos salvajes, que tiene directa relación con Fidel y Raúl Castro, los principales aliados del régimen chavista de Nicolás Maduro y que por supuesto no apoyaron la huelga general de ayer. Esta deserción de los comunistas de las luchas populares es la causa del crecimiento del Partido Obrero en las fábricas, universidades y colegios secundarios y en general de toda la izquierda revolucionaria con ideología trotskista, que viene a ser el partido de los indignados argentinos. Este sector ayer realizó numerosos piquetes en los accesos a la capital y en la Panamericana, haciéndole un favor al éxito de la huelga que mostró que los colectivos circulaban totalmente vacíos. El reconocimiento de Moyano a la izquierda revolucionaria es también una tocada de traste a la CGT Balcarce, cuyas bases están soliviantadas por la izquierda revolucionaria.