sábado, 28 de junio de 2014

Sigue la farsa en Roma El Papa recibe a mujeres "sacerdotisas"

Sigue la farsa en Roma

El Papa recibe a mujeres "sacerdotisas"



Como dice el título de este post, sigue la farsa ecuménica en Roma, liderada por el Papa mismo.

No puede decirse de otro modo, cuando el Romano Pontífice recibe a un simple laico, que dice ser el Arzobispo de Canterbury, como si realmente lo fuera. Cosa en la que no es pionero Francisco, como todos nuestros lectores sabrán.


Pero lo llamativo del caso es que en la delegación anglicana que lo visitó, hayan incluido a dos mujeres que creen haber recibido el orden sagrado. Cosa que no puede ser, no solamente en razón de su sexo sino porque quienes las "ordenaron" tampoco son obispos.

Claro, estas sacerdotisas trabajan en "la Red Mundial para la Libertad, un proyecto ecuménico que reúne a religiosas católicas y anglicanas para luchar contra la trata de personas. Ambas Iglesias cooperan muy activamente en este campo."
Quizás les enseñen a sus colegas católicas, a reclamar el derecho que a ellas les ha sido concedido.

Solo faltaba escuchar de labios de Justin Welby la siguiente frase, que efectivamente dijo frente al Papa:

Me maravilla la manera en que Dios guía a los frágiles barcos humanos para ser portadores del mensaje de la salvación, dejándonos un legado de cientos de años, al que estamos llamados a ser fieles en nuestro tiempo. También sabemos que desde el comienzo, y para muchos también ahora, ha consistido en dar testimonio hasta la muerte.

Lo que viene a querer decir que la "Iglesia" Anglicana porta el mensaje de la salvación, en el cisma, sin sacerdotes ni sacramentos.
Y todo dicho delante de quien debe confirmar a sus hermanos en la Fe.
Por supuesto que nuestros lectores, con razón, podrán decirnos que Benedicto XVI le dedicó a Welby las siguientes palabras, cuando su proclamación como Arzobispo de Canterbury:
Que vuestro apostolado produzca una cosecha rica, y pueda abrir los ojos y los oídos de muchos al mensaje vivificante del Evangelio.
¡Lamentables palabras en boca de quien la dijo! Frente a todo este desagizado, digno de los últimos tiempos, recordamos a nuestros lectores la palabra de Dios, para que no sean engañados (Gal 1, 6-10):
Me sorprende que ustedes abandonen tan pronto al que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir otro evangelio.
No es que haya otro, sino que hay gente que los está perturbando y quiere alterar el Evangelio de Cristo.
Pero si nosotros mismos o un ángel del cielo les anuncia un evangelio distinto del que les hemos anunciado, ¡sea anatema!
Ya se lo dijimos antes, y ahora les vuelvo a repetir: el que les predique un evangelio distinto del que ustedes han recibido, ¡sea anatema!
¿Acaso yo busco la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿Piensan que quiero congraciarme con los hombres? Si quisiera quedar bien con los hombres, no sería servidor de Cristo.
En su discurso, el líder anglicano expresó su deseo de llegar a la plena comunión. ¿Cómo pensará que puede lograrse? ¿Convenciendo a Roma de que acepte mujeres sacerdotes y obispos putos como ellos permiten?  

Bergoglio no pudo dejar de lado el humor ácido que lo supo caracterizar, y le dijo a Welby, con bastante poca diplomacia, que esperaba que su regalo, un árbol traído desde Canterbury, diera "frutos dulces". Gesto que desconcertó a su huesped, y cuya interpretación proponemos a nuestros lectores.