martes, 24 de septiembre de 2013

GLASNOST KIRCHNERISTA





Cris en Calzas 
A la Presi le pidieron que se relaje un poco y se lo tomó muy a pecho. Sin perder su personalidad, enfundada en un luto bolichero de calzas negras con tacos, Cristina encara una apertura del estilo de conducción de los últimos años.
Obviamente, esta suerte de Glásnost tercermundista sin Perestroika, lleva el sello del kirchnerismo. O sea, queríamos seguridad, nos llenaron de gendarmes por unas semanas, nos prometieron debatir la baja de la edad de imputabilidad, y en la provincia de Buenos Aires crearon el ministerio de Seguridad, porque el pragmatismo sciolista funciona así, con un delay de seis años. Algunos querían que la Presi respondiera preguntas, y ahí la tienen, sentada frente al traga del curso y dispuesta a dar una entrevista sin concesiones en la que descubrimos que Cristina podría haber sido amante de Belgrano, que le molesta que le dicen yegua y que Néstor Iván ya hace política, lo cual podrá parecer una exageración de abuela, si no fuera porque con sólo cinco cambios de pañales al día, el bebé demostró ser el que menos cagadas se manda.
Antes queríamos que aflojaran un poquito, que no se tomaran tan a pecho eso de que la gente mantenga la tradición milenaria de putear a los gobernantes. En lo que a mí respecta, maquillar de flexibilidad y aggiornamiento lo que ni piensan, ni saben como cambiar, es al pedo y tarde. Todos hemos cambiado de parecer respecto de algo a lo largo de nuestras vidas. Lo que ayer nos parecía malo, hoy puede parecernos bueno, y no está mal que así suceda, dado que existimos de acuerdo a nuestras circunstancias y contextos históricos. En el caso del kirchnerismo, me importa poco y nada, porque no les creo. Y si les creyera, llegaron tarde, cuando ya suspendimos el café y pedimos la cuenta.
Durante los diez años que solicitamos que hicieran algo por la inseguridad, nos tildaron de trogloditas que quieren el exterminio de los marginados de la sociedad. Curiosa definición proveniente de quienes no se notificaron de que los pobres se han multiplicado en diez años más que un Gremlin en una pileta olímpica, y que aún no registran que esos bultos que esquivan en las veredas, son personas expulsadas de la vida civil. Durante estos mismos diez años, hemos visto que los puteríos se convirtieron en el negocio más publicitado en la ciudad de la Policía Federal, como también vimos que son reprimidas brutalmente todas las manifestaciones en contra del entreguismo de recursos no renovables a capitales imperialistas, y que las cárceles son una joda donde el único escándalo que molestó, fue la fuga de dos gerontes militares.
Durante los diez años que nos quejamos de la economía improvisada y atada con alambre, nos acusaron de neoliberales, menemistas, miembros del Club de Fans de Martínez de Hoz, afiliados al Club de Amigos de Domingo Cavallo y agrogarcas. Extraño, por cierto, dado que la única tierra que poseemos muchos de nosotros es la que se acumula en los muebles y que lo único que logramos juntar son kilos de más.
Durante diez años, a cada cuestionamiento respondieron con El Modelo y nunca pudieron definirlo concretamente dos veces seguidas, sin que cada una de ellas fuera diferente a la anterior. Y fueron tantos los conceptos, que El Modelo consistió en la libre elección del sistema previsional, en el monopolio estatal del sistema previsional, en el tipo de cambio competitivo, en el tipo de cambio atado, en un dólar único, en un dólar desdoblado, en la inflación controlada, en la inflación necesaria, en la inflación reconocida, en la inflación negada, en la persecusión al evasor, en el blanqueo de capitales evadidos, en la amistad con monopolios, en el combate a un sólo monopolio, en la voluntad de pago de deuda, en la negativa de pago de deuda, en la nueva voluntad de pago de deuda, en no modificar ganancias para no desfinanciar al Estado, en modificar ganancias y ver qué pasa, en fortalecer el federalismo y la coparticipación, en someter a las provincias con la canilla de los fondos públicos, en promover la movilidad social ascendente, en multiplicar al infinito los planes sociales, en modernizar el sistema político, en elegir a dedo a los candidatos, en combatir a la pobreza, en aceptar a la barriada de viviendas precarias como parte de la cultura.
CrisPapa 
Todo esto sucedió, y todo esto sucede ahora mismo. Muchas de las cosas que el kirchnerismo ha hecho -y festejado- fueron negadas y combatidas previamente. El caso testigo más palpable es el de Jorge Bergoglio, hoy Papa, por la velocidad a la que se dieron los hechos: luego de vincularlo con lo peor del país -incluso mostraron una foto ridícula de Videla tomando la comunión de mano de un hombre que, si viviera, tendría el récord de longevidad humana- pasaron a celebrar al Papa Peronista y a convertir la Casa Rosada en la Secretaría Pastoral. Y todo en menos de 48 horas.
Los que en el camino nos preguntamos qué onda, quedamos en orsai permanente y a merced del ataque de los iluminados de siempre, que de putear al kirchnerismo, saltan a “tampoco hay que criticar todo”, como si pedir un cachito de coherencia fuera criticable. Descreer de quien es capaz de convertirse al islamismo, si ello le garantizara la conservación del poder, pareciera ser un acto despreciable.
No son nimiedades, ni se trata de gataflorismo, inconformismo militante o contrariedad voluntariosa. Se trata de credibilidad, coherencia y, por sobre todas las cosas, respeto por la mínima inteligencia de todos nosotros, los que los puteamos. En mi cabecita, aún permanece fuerte el instinto de supervivencia del individualismo, ese que permite que no me dé lo mismo cualquier cosa y que me obliga a resguardarme del converso permanente. Las imágenes en la que los enemigos íntimos se convierten en aliados, con música emotiva de fondo y los aplausos generalizados de los extras, deben quedarse en las películas malas norteamericanas. Esto es política, la discusión permanente por nuestro estilo de vida, no una batalla épica frente a la amenaza alienígena.
Si Daniel Scioli se avivó que debajo del helicóptero que lo lleva de su casa a 6 y 51, hay una decena de millones de personas en situación de guerra contra la delincuencia, y tomó la decisión de hacer algo, no puedo festejarlo. Si luego de incinerar a cuanto milico no amigo del poder existiera, Estela de Carlotto cree que las sospechas contra el General Milani, son cosas que “hay que estudiar bien”, no voy a pensar que finalmente aflojó, si no que los conceptos de genocidio, terrorismo de Estado y responsabilidad objetiva sin amparo de la obediencia debida, son todos conceptos que no cuentan si Cristina está en el medio.
Este viraje tan extremo que hasta permite que los kirchneristas visiten el piso de Todo Noticias sin mosquearse por estar en un lugar de lleno de genocidas y periodistas con las manos manchadas con sangre, podría ser tomado de un modo creíble. Pero que pase luego de las elecciones de agosto, y antes de las de octubre, queda a la altura del pibe que lava los platos los viernes para que los viejos le den guita el fin de semana.
Y mientras desde el oficialismo sostienen que ni se piensa buscar una reforma constitucional, el compañero Ernesto Laclau emitió un comunicado desde el comando revolucionario de Colchester, Inglaterra, en el cual sostiene que “si la gente está contenta con un presidente debe poder volver a elegirlo.” Desde este humilde y sencillo lugar, me pregunto cuál es el problema, si nadie impide que se pueda elegir una y mil veces al mismo equipo de laburo, el mismo proyecto. Se cambia al presidente, no más. Tampoco entiendo la preocupación: si tanto confían en El Modelo, el compañerismo, el liderazgo de la Estadista en Calzas y en que “bajando un cuadro se formaron miles”, no deberían tener temor alguno en enfrentar una elección con otro candidato, dado que El Modelo está garantizado. ¿O acaso no confían en el espíritu nacional y popular de Amado Boudou o Daniel Scioli? ¿Dónde está esa juventud maravillosa y plena de valores que venía a renovar la clase dirigente? ¿Dónde están, chicos?
Nos dijeron que la culpa del estado de los trenes es de los ferroviarios complotados con la CIA, de los usuarios infiltrados por el MOSSAD, de los gobiernos anteriores y de los marcianos, pero se tomaron diez años, 53 muertos, cientos de accidentes previsibles y miles de heridos para hacer algo. Nos contaron que con una computadora, tres planes y miles de discursos, la calidad educativa se emparejaria, y efectivamente así sucedió, sólo que para abajo. Nos remarcaron que la supuesta bonanza económica se debía a El Modelo y no al viento de cola, pero cada vez que no dan los números, le echan la culpa al viento de frente. Nos atormentaron hasta cansarse con que cualquier intento de progreso de la Clase Media, es un atentado a la industria nacional, mientras que los que se mueven en autos importados y vacacionan en el exterior, no son capaces de comprar un celular ensamblado en Tierra del Fuego para disimular.
crisentresimpatizante 
Un tren bala que nunca salió de la maqueta, inversiones chinas que jamás pasaron de los supermercados de barrio, boom inmobiliario que nunca llegó al que quería y podía pagar una casa, mayor presupuesto educativo que nunca se tradujo en mejor calidad, negociaciones paritarias que sólo sirven para correr atrás de la inflación, planes sociales que nunca dejaron de ser necesarios, una aerolínea de bandera que no puede competir ni con trampa, una petrolera Nac&Pop que tranza con Chevron, un plan de obras de infraestructura sin precedentes que sólo logró que no haya luz en verano, ni gas en invierno, y que cualquier ciudad pueda convertirse en la Atlántida con un par de tormentas.
Hicieron beneficio de inventario y todo lo bueno se lo debemos a Néstor y Cristina, mientras que todo lo malo son “deudas de la democracia”, “algunas cosas que faltan”, “desidias arrastradas de gobiernos nefastos”, o “palos en la rueda que ponen los que quieren que al país le vaya mal”. Nos dijeron fachos, oligarcas, vendepatrias, cipayos, gorilas, genocidas, corporativistas y monopólicos, mientras defendieron a militares de dudoso prontuario, tranzaron con multinacionales y mantuvieron intacto cualquier monopolio que no molestara.
En todos estos años, sólo han mantenido la coherencia en dos cosas: echarnos la culpa de todo y defender lo indefendible. ¿Cómo creerles que ahora sí nos darán bola?
Y vos, joven militante de la revolución monotributista que durante una década atacaste todo lo que el gobierno ahora está haciendo, pensalo bien. Porque una cosa es que nosotros creamos que sos un huérfano patológico que necesita de mamá Cristina para poder vivir, y otra muy distinta es que te aguantes la infidelidad ideológica.
Lunes. De los cuernos y del peronismo no se salva nadie.