domingo, 28 de abril de 2013

LO QUE SE DEBE CONOCER: EL PLAN ANDINIA EN MARCHA

      Criminales de guerra israelíes en la Patagonia
 
                                                     David Kether  

     Parece ser que en algún momento los líderes judíos llegan a la mejor solución: se establecen en Palestina, mientras continúan la ocupación encubierta del territorio argentino a fin de establecerse allí en fecha posterior, de la misma manera que en Medio Oriente.
     Pues bien, el traslado de Israel al cono sur de América (con el despojo de territorios, desplazamientos humanos y esclavización implícitos), es el llamado Plan Andinia; aunque su conocimiento público es mas reciente, y por haberse filtrado a la luz, bien puede haber sido rebautizado con otro nombre.
Hay muchos documentos y pruebas irrefutables de que un proyecto para fundar una “Nai Judá” o “Nueva Judá” en la Patagonia se estaría llevando a cabo, al menos, desde los años ´40; aunque nos sorprende que esto sea increíblemente conocido por muchos llamados “grupos nacionalistas” de His-pano América y el mundo.
     El tema en sí mismo, es tremendamente mal conocido y poco tratado, quizá por ser aún algo reciente, de modo que intentaremos aportar una luz al respecto. Partiremos por presentar uno de los principales hechos perpetrados por la judería en relación al asunto.
     El 23 de marzo de 1969, entre las 21.00 y 23.00 horas, se realizó en el Templo Israelita Bonaerense de Paso 423, una reunión de sobresalientes judíos “aschkenazis” presidida por el rabino Gordon, del Kahal (gobierno internacional y supra nacional judío de Nueva York). Fue a partir de los comentarios vertidos en esta exposición que se bautizó al plan (entre quienes lo conocen) con el apodo de Andinia, por corresponder al nombre que Gordon proponía para colocarle al país que proyectaba fundar en Sudamérica, por estar en la falda de la Cordillera de los Andes Australes.
     El rabino insistió en la fundamental importancia del plan (cuyo fracaso no se admitía) pues tanto Israel como la diáspora (judería dispersa en todos los países), dependían del éxito total para su gloria o penuria.
     Gordon pasó luego a detallar las ventajas agrícolas, mineras y económicas de Argentina para declarar con absoluto desparpajo:
     “Si agregamos a esto el espíritu y el genio judío, habrán comprendido las enormes ventajas que significarán para lograr el control del mundo, regulándolo de acuerdo a nuestra conveniencia.”
     Y sigue el maquiavélico análisis:
    
“Argentina es el país mas estratégicamente ubicado en el mundo. Estimando que con los adelantos modernos para la guerra, se pudiera atacar; está circundada por la Cordillera de los Andes, bajo cuyo suelo pueden construirse ciudades para todo nuestro pueblo, todas nuestras industrias y mantener-nos en ellas por años, por ser entonces inexpugnables hasta para la misma bomba atómica.”
     Cuando era Ministro de Obras Públicas de Chile, en 1997, Ricardo Frei propuso construir túneles artificiales que cruzaran la cordillera del lado argentino al chileno, como en las autopistas cerradas de ciencia ficción.
     Queda mas que claro que el interés del Gran Kahal, de los sabios de Sion de apoderarse del sur chileno y de toda la Argentina. Y debe quedar mas claro aún que el macabro plan está en marcha, por todos los medios y todas las vías, dado el número de denuncias por este plan que se han acumulado en los últimos años y desde distintas fuentes.
     Todo lo que se expresó en esa reunión quedó al descubierto, sin embargo, gracias a la responsaba-lidad de uno de los asistentes, a pesar de las advertencias de mantener absoluto secreto sobre la mis-ma.
     El rabino Gordon explicó, además, la importancia de la Antártica que definió como “una gigantesca heladera natural donde pueden acumularse la producción de años y mas años”; a la cual podría acce-derse desde el extremo austral continental americano. Esto explica las intenciones de convertir al con-tinente blanco en un lugar fuera de toda soberanía, como “patrimonio de la humanidad”. Grupos de ecologistas como Green Peace y otras ONG de Europa y Norteamérica son los que mas han insistido en el asunto, a pesar que el tema no tienen  nada que ver con su área conservacionista.
     Pero por razones estratégicas, necesitaban además el control del Estrecho de Magallanes, para lo cual les hace falta quitarle soberanía a Chile, por ello alimentaron las pretensiones argentinas sobre la zona. Tanto mas al descubrirse que, en caso de guerra atómica, la nube radioactiva no afectaría el sur de Chile y que este país ofrece muchas bondades climáticas, estratégico-militares y hasta geománti-cas que Argentina no.
     “Los Protocolos de los Sabios de Sión” exigen gobiernos democráticos para todas las naciones y en nuestro Chile, el gobierno nacional que nos libró de la hecatombe marxista, nos apartó también de dicha exigencia y así nos puso a la cabeza de toda Latinoamérica. La judería mundial movió entonces sus hilos para boicotear ese gobierno, llegando a arrastrarnos a la guerra con Argentina; pero no bus-caban la guerra como tal, sino solo el desgaste propio de tan situación y la distracción de recursos y esfuerzos. Todo esto sin llegar a una destrucción territorial. Y la solución del conflicto se deja en ma-nos del ex partisano guerrillero eslavo Karol Wojtyla, a través del cardenal judío Samoré. Se nombran delegaciones por ambas partes a cuya cabeza no van chilenos ni argentinos, solo judíos. El conflicto del canal Beagle fue llevado exclusivamente por personajes de origen judío.
 
     
A ambos lados de la Cordillera la subversión armada terrorista ha sido dirigida y protegida también por judíos descubriéndose conexiones con la alta banca mundial. La corrupción, además, parece ser un requisito de las democracias que “liberaron” a ambas naciones. Así lo anunció en rabino Gordon esa fatídica noche, al decir a los presentes:
     “En el campo económico deberemos acrecentar la corrupción administrativa e ilegal y profundizar el agio la especulación; llevar a la miseria y a la injusticia a sus últimos extremos, especialmente entre los pueblos comprendidos en la zona de Andinia.”
              Junto a la migración en masa de judíos al extremo austral latinoamericano, tenemos además la formación de grandes compañías como parte del Plan Andinia, entre las que figura en un lugar desta-cado la “Jewish Co Associaton Colonization” de Londres, sumada a poderosas sociedades anónimas de capitales judíos dedicadas a la compra de enormes extensiones de tierras, ya sea con la excusa de “explotarlas”, por un lado o “conservarlas”, por el otro. En Argentina son: Bunge & Born S.A., Comega S.A., La Forestal, etc. En Chile son: Quintupeu, Pumalín, Bomasa, Inversiones Cranefield Chile Lda, Emasil S.A., Forestal Neltume Carranco S.S, etc.
     El sur de Chile, estos últimos años, ha sido recorrido incesantemente por numerosas bandas de comandos israelitas disfrazados como mochileros y esto ha quedado felizmente descubierto al caer, al menos uno de ellos por cráteres de volcanes que exploraban en la ejecución del Plan Andinia. Hoy la prensa nos informa sobre proyectos de ambos lados inmigrantes o colonos rusos; y ya quedó en claro cuando entre 1987 y 1988 el masón Raúl Alfonsín se rasgó vestiduras para que se aprobara la trída masiva de israelitas, mientras favorecía descaradamente la intromisión soviética en territorio ar-gentino supuestamente soberano. Las forestales de Chile, por su parte, derriban todo nuestro bosque nativo con el consentimiento de la CONAF (Corporación Nacional Forestal), que además, les regala di-nero mas tarde para que reforesten con vulgares pinos las áreas taladas; para construir mas tarde los poblados que ocuparán los judíos sobre los terrenos destruídos.