viernes, 29 de marzo de 2013

PANFLETOS MALVINAS

Ante un nuevo 2 de Abril desde la Agrupación Nacionalista Lacebrón Guzmán, Córdoba, nos hemos hecho presente en las calles de nuestra ciudad, con una campaña de panfletos en los que le planteamos algunas preguntas al vecino. Desafiando y poniendo a prueba su real conocimiento sobre la historia de las Islas Malvinas y la guerra de 1982.
La idea es que el ciudadano sienta interés por conocer a fondo el por qué de nuestro legítimo derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas y el proceso que siguió con la guerra de 1982.
Para ello hemos elaborado el siguiente artículo con el que el lector podrá informarse sobre nuestra causa Malvinas, un tema que más de un argentino desconoce profundamente.
¿Usted qué conoce sobre Malvinas?
Historia y Conflicto.
La guerra de Malvinas no fue el último recurso de un régimen en caída inminente, como el imaginario colectivo lo concibe. Difícilmente el grueso de la población sabrá los verdaderos motivos que llevaron a esa guerra, la última batalla librada por recuperar nuestro territorio usurpado. Para comprender el por qué de esta guerra, deberíamos plantearnos las siguientes preguntas: ¿Qué pasó en 1833 en las Islas Malvinas?, ¿Qué fue la resolución 2065 de la ONU?, ¿Qué dice el derecho internacional? y ¿Quién fue Constantino Davidoff?
Para responder a la primera pregunta debemos remontarnos al descubrimiento de las islas, y las sucesivas ocupaciones.
El primer avistamiento de las Islas probado y documentado corresponde a Esteban Gómez, capitán de una de las naves de la expedición de Hernando de Magallanes. Gómez se amotina contra Magallanes temeroso de la riesgosa situación, al momento de cruzar el estrecho que hoy lleva su nombre, y decide volver a España.
A su regreso avista por primera vez las islas, por lo que el derecho a la conquista correspondería a España, ya que fue el primer país en agregarlas a su cartografía.
En 1690, el capitán de la marina británica John Strong navegó por el estrecho de San Carlos, que separa las Islas Malvinas, y lo llamó estrecho de Falkland en recuerdo de Sir Lucius Cary, segundo vizconde de Falkland.
En 1764 los franceses las ocupan y las llaman Malouines, y fundan el puerto de San Luis.
España las recupera tras enérgicas protestas y negociaciones. Este fue el primer reconocimiento de la soberanía española sobre las Islas Malvinas.
En 1765 los ingleses ocupan las islas y las llaman Falklands, pero en 1770 los españoles logran expulsar la ocupación británica por la vía diplomática. En este acto, Gran Bretaña también reconoce oficialmente la soberanía española sobre las islas.
En 1776 con la creación del Virreinato del Río de La Plata el archipiélago pasó a ser parte de los territorios españoles en América, incluido en la jurisdicción de la gobernación de Buenos Aires. Luego de la revolución de mayo, las Islas Malvinas pasaron a ser territorio nacional argentino por herencia del Imperio Español.
En 1820 la fragata La Heroína fue enviada para asegurar la soberanía y ocupación argentina de las islas. Aquí el primer dato de gran importancia: en 1825 Gran Bretaña reconoció la soberanía Argentina y no reclamó las Islas Malvinas.
En 1828 comenzó la ocupación del archipiélago con gauchos e indios pampas, a cargo de Luis Vernet, quien a su vez llevó la ganadería a aquellos puertos. Vernet se transforma así en el primer gobernador de las islas, un gobernador argentino.
En 1829 Gran Bretaña reclama soberanía sobre las Islas Malvinas.
En 1833 una expedición invasora inglesa toma y ocupa las islas aniquilando la guarnición militar y deportando en una fragata al gobernador argentino hacia Montevideo. El gobierno del Brigadier General Juan Manuel de Rosas reclamó la soberanía sobre las islas con ahínco, pero las negociaciones diplomáticas fueron, desde el principio, inútiles. Desde entonces numerosos reclamos se hicieron desde las distintas presidencias de la nación, sin éxito.
La segunda pregunta nos retrotrae a los años 60 del siglo XX. Durante la presidencia de Arturo Illia, las negociaciones sobre la soberanía de las Islas Malvinas estaban siendo favorables para Argentina, debido a un plan de descolonización iniciado años atrás. Gran Bretaña había perdido territorios muy importantes, como la India, y los pueblos usurpados por la corona inglesa comenzaban a rebelarse. En ese marco, en el año 1965, mediante la resolución 2065, la ONU dictaminó qué territorios debía desocupar y descolonizar Gran Bretaña, invitando a ambos gobiernos a negociar.
Cabe mencionar que hubo negociaciones previas, la más importante durante la presidencia del General Perón en la cual Inglaterra se comprometió a desocupar las islas en un lapso no mayor a 50 años, compromiso no cumplido luego de que la muerte del General lo dejara “sin efecto”. Pero el Comité de Descolonización de la ONU le había dado un ultimátum a la corona inglesa para descolonizar, entre otros territorios, las Islas Malvinas.
Respecto del tercer interrogante, puede que sea la respuesta más determinante para la guerra de 1982. Según el derecho internacional, si un país no reclama soberanía sobre un territorio perdido, usurpado o abandonado por un lapso de 150 años, se considera que dicho país no posee intereses ni soberanía sobre ese territorio y pierde todo derecho de reclamo a futuro. Alguna vez hemos escuchado “...pero qué importa el derecho internacional, qué importa lo que piensen los otros países…”. Si ese es el pensamiento del lector, le tengo que dar la razón, si, en un mundo ideal cada nación sería capaz de auto sostenerse. Pero desde el fin de la segunda guerra mundial el mundo entero se ha globalizado y ya ningún país puede ser completamente independiente, ni siquiera los más poderosos, pasando a depender unos de otros.
Analizando otro aspecto de la historia, supongamos que perdíamos el derecho a reclamar soberanía sobre el archipiélago del sur, nos preparábamos para la recuperación y llevábamos la guerra luego. En dicho casó la ONU se hubiera puesto en nuestra contra, y  fuerzas de la OTAN hubieran amenazado nuestro territorio continental, así hubiéramos sufrido severas sanciones económicas, sumado a una terrible reputación en el mundo entero.
Habríamos pasado a ser conocidos como “terroristas”, “invasores” o dicho más pronto, “los malos”.
Por último, en la expedición de Davidoff, encontramos ciertos puntos de importancia. Este hombre, argentino, se dedicaba a la comercialización de chatarra marina, su especialidad era desarmar talleres balleneros y venderlos por piezas.
La empresa Georgias del Sur S.A. (Davidoff) nace en 1979, junto con una empresa de Edimburgo (Christian Salvensen Limited) con el objetivo de desguazar los talleres balleneros de las Georgias del Sur. Gran Bretaña autorizó la expedición sin protestar.
A finales del ’81 Gran Bretaña le prohíbe el ingreso de transportes a las Georgias, por lo que Davidoff pide ayuda a la Armada de la República Argentina, quien le facilita naves con personal civil, dos soldados rasos y un oficial a cargo. Inglaterra no protestó por ellos porque, como se dijo las discusiones diplomáticas, nos favorecían a riesgo de un mal desenlace. A pesar de todas las autorizaciones británicas, el gobernador del archipiélago, Rex Hunt, exagerando posiblemente por mala información, alerta a Gran Bretaña sobre una supuesta “agresión argentina”. La realidad fue que un empleado de Davidoff izó una bandera argentina sobre el campamento, acción que fue considerada una violación de territorio y fue exigido que se arriara la bandera, so pena del uso de la fuerza.
Militares ingleses informaron sobre un tiroteo, cuando en realidad habían sido empleados de Davidoff cazando lobos marinos. Argentina aclara que la expedición del ARA Irizar era comercial y no tenía fines bélicos, sin embargo, aunque nuestro gobierno consideraba el suceso como superado, la primer ministro Margaret Thatcher comenzaba a tomar medidas injustificadas. La prensa, el gobernador inglés y la embajada británica empeoran la situación.
El 21 de marzo de 1982 el HMS Endurance zarpa hacia las Georgias con 22 marines ingleses a bordo siendo esta la primer agresión inglesa.
El 24 del mismo mes, la embajada británica anuncia que “se les acaba el tiempo” y “deben sellar sus pasaportes”, pero la queja es injustificada pues los expedicionarios argentinos poseían las “cartas blancas”, unos documentos utilizados tanto por argentinos como por Kelpers para circular por el territorio.
El 25 de marzo, Margaret Thatcher moviliza 7 buques desde Gibraltar, otra agresión inglesa.
El 26 de marzo el ARA Bahía Paraíso deja una guarnición de 14 soldados conscriptos, armados solo con fusiles, para defender a los argentinos que se encontraban en las Georgias. El movimiento de submarinos y buques ingleses es bien conocido y Estados Unidos estaba enterado de los movimientos de tropas argentinas.
El 1º de Abril, Argentina comenzaría la recuperación de las Islas en la llamada Operación Rosario, luego renombrada Operación Azul, pues no podía tener una connotación religiosa sin ser catalogada como “guerra santa”.
Los sucesos posteriores corresponden ya al análisis de la guerra propiamente dicha. No es tal el motivo de este texto. Por eso hemos de aclarar otros datos a tener en cuenta. En primer lugar, si la recuperación no se realizaba en 1982, en 1983 perdíamos el derecho a soberanía, teniendo en cuenta que 150 años sin ocupación es considerado abandono.
Sin embargo la guerra no fue planteada para el momento en que sucedió, en el crudo invierno, ni tan pronto.
Se esperaba alistar más fuerzas y más material para ir a las Islas. Pero lo que se esperaba primordialmente era la desactivación de la flota inglesa.
El gobierno de Margaret Thatcher era tan desastroso que se había decidido que para finales de 1982 la mayoría de la flota inglesa fuese vendida para solventar la crisis económica.
Quedarían así con una capacidad marítima poco superior a una prefectura naval.
El gobierno argentino esperaba en secreto ese momento, pero los ingleses zarparon aprovechando las naves que todavía tenían antes de lo previsto. Era menester recuperar las Islas Malvinas antes de que los ingleses se hicieran fuertes en ellas y la operación fuera un rotundo fracaso. Así se planteó la ocupación de las Islas para el 1º de Abril. No obstante ese día la Operación Rosario no pudo ser llevada a cabo debido a que la inteligencia británica esperaba nuestro desembarco, de modo que se decidió retrasar la invasión para recuperar el factor sorpresa.
La recuperación fue planteada con los siguientes mandatos:
  • Los kelpers eran considerados argentinos, puesto que las Islas Malvinas son argentinas.
  • Quedaba terminantemente prohibido saquear, robar o hacer cualquier daño a la población civil.
  • No debían producirse bajas pues todavía había una esperanza diplomática.
La recuperación era para garantizar el derecho de soberanía que se perdería al año siguiente. Así, pues, es evidente que la recuperación no tenía como objetivo una invasión, no se planteó la exterminación de la guarnición inglesa, ni mucho menos el asesinato del gobernador Rex Hunt.
En todo momento se respetaron los derechos de los ciudadanos malvinenses, los kelpers.
A pesar de que la recuperación seria sin bajas, la primera baja fue la del argentino Teniente de Navío Pedro Giacchino, Capitán de Corbeta post-mortem.
Las Islas Georgias fueron recuperadas entre los días 3 y 4 de Abril, sin embargo, los ingleses derribaron un helicóptero Puma del Ejército Argentino provocando tres bajas.
Las Georgias fueron devueltas luego con la esperanza de una negociación que resultó inútil.
El 1º de Mayo fue el día de inicio de las hostilidades y bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina. El primer golpe lo dieron los ingleses a las 04:40 de la madrugada, mediante Operación Black Buck que consistió en el bombardeo con 21 bombas a la pista de Puerto Argentino. A pesar de que la operación fue un fracaso, pues sólo una bomba impactó sobre la pista sin daños mayores, hubo muertos y heridos.
Por último, si la Guerra de Malvinas fue el último recurso de algún gobierno desesperado, ese gobierno era el de Margaret Thatcher, el cual atravesaba una profunda crisis económica.
Inglaterra sufría el paro general, el desempleo, los ataques del IRA (Irish Revolutionary Army) que buscaba independizarse, y numerosos saqueos en Londres.
La junta militar argentina tomó una decisión en defensa del último vestigio de soberanía que podíamos tener sobre las Islas Malvinas.
Debemos rescatar ante todo que gracias a la recuperación de las islas, a pesar del triste final, nos dio 150 años más de plazo para negociar su recuperación, aunque la historia nos diga que la diplomacia es inútil, y que Inglaterra nunca entregó nada sin el precio de la sangre por su naturaleza corsaria y pirata.
Las Islas Malvinas son un archipiélago clave en el Atlántico Sur, un punto abastecedor, una posta de gran valor estratégico.
Si hacemos historia veremos que Inglaterra siempre buscó dominar los puertos del mundo, para garantizar el dominio total del mercado global y someter a todas las naciones libres a su yugo imperialista. Lo sufrió la India, Australia, Sudáfrica, España, los pueblos de Norteamérica, Malasia, las Islas Salomón, Indonesia, entre muchísimos otros países además del nuestro, que ya había sido invadido por los ingleses en 1806 y 1807.
Son clarísimas las intenciones del Imperio Británico en estas tierras, desde que vieron la caída del Imperio Español. Controlar los puertos y accesos marítimos. Fallaron en la conquista de Buenos Aires en 1806 y 1807, pero encontraron otros puertos.
Desde ya el lector que sienta curiosidad por los temas planteados está cordialmente invitado a seguir informándose, acercarse a nosotros y preguntar o debatir. Es parte del entusiasmo de nuestros militantes ayudar al compatriota que se acerque y nos exprese sus dudas.
Ante todo hay que destacar el objetivo informativo de este texto. No se pretende por un lado, destacar o describir los hechos puramente históricos, como si fuese un manual de historia.
Tampoco se pretende defender al golpe cívico-militar de 1976 y su posterior proceso.
El objetivo es que el lector comprenda las razones que nos llevaron a la guerra, del por qué en ese preciso momento histórico y bajo esas precisas circunstancias se produjo, puntualizando que se trata de una gesta que cualquier país del mundo hubiera llevado a cabo.
Es prioridad de cualquier estado de cualquier nación del mundo defender su territorio soberano. Para eso están las fuerzas armadas, esa es la razón que justifica su existencia.
No haber reaccionado en ese momento hubiera sido una falla, un error imperdonable del poder de turno, sin importar si era militar o civil, democrático o dictatorial.
Se debe comprender que la guerra no era una idea del momento, sino más bien algo que se gestaba desde hacía 150 años, siguiendo latente hasta el presente. Dejando en claro que se planificó con las mayores de las precauciones y que no era la primera batalla que se libraba en aquellas tierras heladas por la soberanía nacional.
Por sobre todo y a modo de conclusión quisiéramos recordarles a todos que, si vamos a verlo desde el típico punto de vista de si era un gobierno democrático o no, la Constitución Nacional dice claramente que “Todo argentino debe armarse en defensa de la Patria”. Es por lo tanto no sólo un acto moralmente correcto y necesario, sino incluso constitucional y completamente democrático.
¿Estábamos preparados para la guerra? ¿Fue una locura? Esas preguntas tienen una fácil respuesta ilustrándolo con el siguiente ejemplo que relatamos a continuación. Uno de los autores de este escrito fue testigo del siguiente diálogo; Un sujeto hablando sobre la guerra, dijo que era inútil y una locura hacerse matar, y un respetado Comodoro de la Fuerza Aérea respondió: “Si usted va caminando con su madre por una calle, a la noche, y de repente se presenta un grupo de delincuentes que intentan abusar de ella, ¿usted pelearía?, ¿usted defendería a su madre?” a lo que el sujeto respondió “¡por supuesto! ¡A mi madre no le van a hacer nada!” y el Comodoro replicó “pero, te superan en número, te pueden matar”, “¡pero es mi madre!” respondió el sujeto, y el Comodoro concluyó “Y pensar que dijeron que era una locura. Y pensar que dijeron que era inútil pelear” y ante el silencio de la obvia realidad finalizó “de eso se trata la defensa de la Patria”.
¡Malvinas Volveremos!
Agrupación Nacionalista Lacebrón Guzmán