domingo, 31 de marzo de 2013

LA SUPERCARD: "OTRO "JUNTA VOTO" PARA EL MODELO

Confirmado: la Supercard será un pagadiós hasta octubre

Supercard de Moreno
Las pérdidas las absorberán las aseguradoras a través de un fideicomiso.
La Supercard que Guillermo Moreno puso en marcha mediante un acuerdo con las principales cadenas de supermercados, tiene un limite mensual de gasto de $ 3.000. De estos, sólo $ 1.000 serán de crédito a una tasa de hasta el 22% anual, cifra muy inferior a la que ofrecen hoy los bancos de plaza con sus tarjetas, que tienen un límite de gasto mucho mayor y un 90% de crédito con el pago mínimo. Pero la clave política del proyecto es que el gobierno y los supermercados entregarían la Supercard sin tener en cuenta el riesgo crediticio del usuario. Bastaría con ser mayor de 18 años y presentar el documento de identidad y un recibo de sueldo. Hoy por hoy, si el usuario de una tarjeta de crédito otorgada por un banco deja de pagarla, ésta es cancelada inmediatamente y a aquél se le inicia el correspondiente juicio y se lo incorpora como moroso al Veraz. Pero la Supercard funcionará de otro modo: será financiada por un fideicomiso integrado por el 20% del capital de las compañías de seguros que operan en el país. Éstas antes depositaban sus ingresos en el extranjero, pero fueron obligadas por decreto el año pasado a hacerlo en el país. Según fuentes de la Secretaría de Comercio, el no pago de los 3.000 pesos lo cubrirían entonces las aseguradoras y los morosos no perderían su Supercard. Esta decisión explicaría por qué fue descartado el Banco Nación para integrar el fideicomiso de pago. También se explica por qué las cadenas de supermercados se comprometen a mantener, supuestamente, los precios congelados. Es que no correrán ningún riesgo con la Supercard, ya que los platos rotos los pagarán los que garantizan el pago, o sea las aseguradoras. Es cierto que la mayoría de los usuarios pagarán sus compras, pero no lo es menos que una minoría, que puede ser importante, no lo haría. Por ejemplo, muchos jóvenes podrían comprar cerveza y otras bebidas alcohólicas hasta la suma de 3.000 pesos sin tener que pagarlas por lo menos hasta fines de octubre. En otras palabras, birra para todos y todas.

Votos comprados

Aunque Moreno intenta ponerla en funcionamiento en los próximos días, lo más seguro es que la Supercard circule a partir de mayo. Su influencia en el voto sería importante entonces para las primarias del 11 de agosto próximo, asegurándole al gobierno un caudal extra de votantes, entusiasmados por este premio social que en definitiva es la variante nueva de un plan clientelista más de los tantos que ya tiene el gobierno.
Las cadenas de supermercados se ganarán entonces el 3% de la comisión que les cobran hoy los bancos, aunque perderán el 7% que estos mismos les pagan por las ofertas. Sin embargo, las entidades financieras deberán seguir con las tarjetas que tienen más de 3.000 pesos de tope. Hay gente que compra mucho más mensualmente y por tanto la Supercard no puede ser excluyente. Los supermercadistas, por otra parte, ya contarían con la promesa de Moreno de que, después de las elecciones, se buscará otra caja que financie la Supercard. Pero a partir de esa fecha, empezaría la limpieza de morosos acumulados durante los seis meses previos a las elecciones. Hay que reconocer que el plan instrumentado por Moreno es original y puede ser efectivo para consolidar los votos del segundo y tercer cordón del conurbano y las provincias chicas, donde el cristinismo gana muy bien las elecciones. Y también serviría para acortar diferencias en Capital, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos, donde la elección parece comprometida.