viernes, 29 de marzo de 2013

ESTA ES LA VIDA DE DERROCHE DE LOS PRESIDENTES BOLIVARIANOS


Verónica Goyzueta (Río de Janeiro), Carmen de Carlos (Buenos Aires), Ludmila Vinogradoff (Caracas), Baldwin Montero (La Paz), Manuel Cascante (Ciudad de México) y Rafael Martí (Quito)
¿Cómo se comportan de puertas para adentro los líderes de la región que presumen de ser “socialistas y antiimperialistas”?, ¿Cuidan la austeridad y la igualdad que defiende para Latinoamérica en su vida diaria?. Juzguen ustedes.
Brasil
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, es una mujer discreta en su estilo de vida y personal. Vive en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial, con su madre y su tía, ambas octogenarias. En su tiempo libre se dedica a caminar, a leer y a oír música clásica, una de las pasiones que heredó del padre búlgaro.
Sus vacaciones las pasa en Brasil en una base militar ubicada en una playa de Bahía, o con su hija y su nieto en la ciudad de Porto Alegre, en el piso propio de la familia. Suele trabajar más de doce horas por día y sólo viaja al exterior para cumplir la agenda de invitaciones oficiales, cumbres y reuniones diplomáticas.
 
Dilma Rousseff, parece vivir al margen de los dictados de austeridad y pobreza de los que habla el Papa. En su estancia en Roma para acudir a la Misa de Inauguración del Pontificado del Papa Francisco, Rousseff puso de manifiesto que el Gobierno de Brasil viaja a lo grande.
De ahí que haya sorprendido tanto su ostentosa visita a Roma de hace dos semanas, para asistir a la misa de inauguración del Papa Francisco. Rousseff reservó 52 habitaciones en un hotel de lujo e hizo uso de 17 coches en su estancia de tres días en el Vaticano. Esa imagen no encaja con su compromiso con «los más frágiles», como dijo en su toma de posesión, ni con su aspiración de hacer de Brasil en un país menos desigual.
En lugar de acudir a la embajada del país en Roma, que es lo habitual en un viaje de este tipo, la comitiva en la que viajaban Dilma Rousseff, 4 ministros, guardaespaldas y personal de apoyo, eligió alojarse en un hotel de la ciudad. En este establecimiento, la noche se paga como mínimo a 700 euros y a 6.000 euros en el caso de la suite. Según un portavoz de la presidencia, esto se debe a que «así la rutina de trabajo es más fácil». Además, la representación brasileña en Roma carece por el momento de embajador.
La embajada brasileña se encuentra en una mansión situada en el centro de la capital y habría salido completamente gratis.
 
La presidenta no acostumbra a realizar ese tipo de «shows» y suele predicar con el ejemplo. Sus ropas son hechas por costureros brasileños, no usa marcas y tiene pocas joyas, de valor, pero que repite constantemente, como un conjunto de perlas y una pulsera de oro inspirada en las cintas del Señor do Bom Fim de Bahía, en la que cuelga un ojo turco de vidrio, amuletos de buena suerte.
Argentina
 
La presidenta de Argentina se traslada a diario de la residencia oficial de Olivos a la Casa Rosada en helicóptero. Ese trayecto en autobús equivale a media hora si no hay demasiado atasco. Los cuatro aviones oficiales son el medio de transporte de Cristina Fernández de Kirchner para viajar al Calafate, provincia sureña de Santa Cruz. Sin embargo, la presidenta utilizó, al menos una temporada, el alquiler de jet privados a costa del erario público.
La familia de la jefa del Estado, en especial su hijo Máximo y Florencia, también utilizan el «transporte público» particular de la Presidencia. En vida de Néstor Kirchner, la prensa reprochó que los aviones oficiales llevaran los fines de semana de Buenos Aires a Calafate los periódicos argentinos como pasaje exclusivo y en una ocasión hasta un jarrón como único pasajero.
 
Es sabido que Cristina Fernández tiene gustos caros para la ropa y las joyas pero es menos conocida su afición a la decoración. Cuando su agenda lo permite aprovecha sus viajes oficiales para comprar muebles para uno de sus hoteles boutique: Los Sauces. En sus jardines y en los diferentes chalets, se pueden encontrar desde triciclos orientales a finas telas y sedas importadas que pasaron la aduana sin dificultad alguna.
Bolivia
El gobierno del presidente Evo Morales comenzó su gestión aprobando una ley de austeridad por la que bajó su salario aproximadamente a unos 3.000 dólares al mes y fijó ese monto como el máximo a pagarse en la administración pública. A final la realidad superó a la norma y el sector petrolero logró romper la restricción para pagar a sus especialistas sueldos competitivos con los del mercado internacional. A ello se sumarán ahora las autoridades judiciales y los especialistas del sector salud.
Uno de los gastos innecesarios que se le achacan a Morales son los viajes de los dirigentes de los sindicatos que lo apoyan y que son pagados por el Estado. El más reciente estuvo protagonizado por alrededor de un centenar de autoridades y dirigentes que viajaron al funeral de Hugo Chávez.
 
En esa oportunidad, el diputado opositor Luis Felipe Dorado denunció que en 2012 el presidente realizó más de 250 viajes al exterior, «de los cuales se obtuvo pocos resultados que beneficien al país. En muchas ocasiones fueron viajes de placer y hasta turísticos». En muchas ocasiones Morales realiza esos viajes en el avión Falcon 900 EX Easy que originalmente fue fabricado para el Manchester United y que compró a poco de iniciar su segunda gestión por cerca de 39 millones de dólares (unos 30 millones de euros).
Otro de los gastos que es permanentemente observado por la oposición es el que el gobierno de Morales realiza en las transmisiones televisivas y radiofónicas que se realizan de sus actividades, incluso los partidos de fútbol de salón que suele disputar los fines de semana tras la entrega de alguna obra en el interior del país.
 
Los partidos, no todos, son transmitidos por Aldo Cobo, uno de los principales periodistas deportivos del país.
En 2012, el Gobierno gastó en transmisiones de televisión de la gestión gubernamental 37 millones de bolivianos (4,2 millones de euros).
Nicaragua
 
Después de su derrota en las elecciones de febrero de 1990, los sandinistas se entregaron a una descomunal rapiña de bienes ajenos, estatales y particulares, conocida como «la piñata». Veinte años más tarde, Wikileaks confirmaría que Daniel Ortega se había apropiado de millones de dólares en terrenos y empresas.
Acostumbrado a confundir lo público con lo privado, tras su regreso al poder en 2007 la oposición ha acusado a Ortega de «viajar [en sus desplazamientos oficiales] con toda la familia, como si fuesen los reyes de Arabia Saudí, como una de las familias más ricas de la tierra». La primera dama y portavoz del Gobierno, Rosario Murillo, admitía que en sus giras los acompaña toda la familia, porque sus hijos (ocho) también cumplen «misiones de trabajo». A menudo se suman nietos y nueras.
Rosario Murillo de Ortega
Los Ortega no se privan de nada. Uno de los países más pobres de Iberoamérica dispone de vehículos de lujo en su embajada en Costa Rica. Uno de ellos, un Porsche 911, para ser utilizado por dos de los hijos del presidente: Maurice y Laureano. Y a Murillo no le gusta repetir imagen: se le han contado 400 vestidos en sus apariciones públicas durante apenas tres años.
Ecuador
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, no es un hombre de lujos, pero le gusta vivir bien. Reside en una buena urbanización de Quito, aunque no es de las mejores. Sus hijos asisten al colegio privado francés La Condamine y la segunda de los tres que tiene, Anne Dominique, practica la equitación. En 2007, el presidente fue visto en un concurso de hípica en el que participaba su hija en el Rancho San Francisco de Quito, uno de los clubes más exclusivos del país.
 
Correa también generó polémica cuando, en 2011, se compró un apartamento en Ottignies, Bélgica, por valor de 170.000 euros. Lo compró con el dinero ganado en un juicio contra el Banco Pichincha.
 
El presidente siempre ha defendido que se trata de un piso modesto para su familia. Su mujer, Anne Malherbe, y sus hijos, tienen nacionalidad belga.
Su patrimonio total, según él mismo declaró en 2011, asciende a 617.911,30 dólares.
Venezuela
A Hugo Chávez y su familia nunca les importó escandalizar con la dispendiosa vida que llevaron con los fondos públicos de los venezolanos, en su mayoría pobres, durante los 14 años que estuvo en el poder hasta que murió este 5 de marzo. El mandatario fallecido se destacó por llevar trajes de firma costosos, relojes de marca, hacer viajes alrededor del mundo en jets privados y regalar dinero a manos llenas a sus amigos políticos y artistas de Hollywood, para conseguir su apoyo mientras predicaba que «ser rico es malo».
De la nada, el clan Chávez o la «familia real» ha levantado un emporio en su natal Barinas, uno de los estados más pobres del país, y quiere seguir disfrutando de la fortuna heredada, que incluye fincas, joyas, jets, trajes, relojes e inversiones en chalets de la Patagonia y jugosas cuentas bancarias en el exterior.
Y el sucesor, Nicolás Maduro, que ha disfrutado también de las mieles del poder en estos 14 años, vistiendo ahora trajes costosos, tampoco quiere perder esos privilegios y es el que puede garantizar la continuidad de su «dolce vita» y la de los «boliburgueses» chavistas si gana las presidenciales del 14 de abril.
La «dolce vita» de los Chávez
Le gustaba llevar relojes de marca del tipo Patek Phillip y trajes de firma a la medida, mientras predicaba por televisión su «socialismo siglo XXI» y abrazaba a los niños y ancianos para conquistar el corazón de los desposeídos. En los 14 años que gobernó a Venezuela, Hugo Chávez no se privó de ningún placer mundano como son los innumerables viajes que hizo alrededor del planeta, hospedarse en los hoteles más caros, tener vehículos y llevar joyas costosas.
Así lo relata el sastre Giovanni Scutaro, quien en los primeros años de su gobierno le cambió sus trajes sencillos de «liquiliqui» (traje típico llanero de cuello Mao) y uniforme militar por conjuntos de última moda de cachemir, corbatas de seda y finas camisas de marca española. Los zapatos también de firma.
Su numerosa familia compuesta por sus padres, seis hermanos, cuatros hijos y varios nietos y una larga lista de sobrinos y ahijados, tampoco quiso quedarse atrás. La influencia del apellido Chávez les ha dado luz verde para gastar a manos llenas el presupuesto público. Sus preferencias especialmente por los entretenimientos y espectáculos «Made in USA» han contrastado con el discurso «antiimperialista» de su líder.
Sin ningún rubor ni tapujo, las hijas Rosinés y María Gabriela han colgado sus fotografías en las redes sociales mostrando cómo disfrutan de la vida privilegiada por llevar el apellido presidencial.
En sus viajes al exterior se codearon con la élite política y artística internacional. No se perdieron ningún estreno de artistas como Justin Bieber o Madonna, mientras el común de los venezolanos no sueña con esas banalidades ni viajar en primera clase porque tiene los dólares restringidos por el control de cambio de la oficina de CADIVI.
María Gabriela, la hija predilecta del líder, también tiene debilidad por los coches de carrera. Con fondos de la petrolera estatal financió al piloto criollo Pastor Maldonado en los circuitos de la F1.
Estos caprichos elitistas han sido criticados por la base chavista, especialmente por los 17.000 damnificados que esperan en refugios desde hace dos años que les den una vivienda.
Predicar para otros
El diputado opositor Carlos Berrizbeitia estima que Chávez habría gastado más de 350 millones de dólares en sus viajes al exterior durante 14 años, en los que siempre llevó una nutrida delegación incluyendo a su familia.
«Ningún otro jefe de Estado del continente americano ha derrochado tanto».
La «familia real» como denominan a los Chávez en Barinas, era una familia humilde que surgió prácticamente de la nada y que nunca aplicó la prédica del mandatario de que «ser rico es malo». Tal vez pensó que eso era para los pobres y que el ejemplo no empieza por casa.
Lo cierto es que la prensa extranjera estima que Chávez ha dejado una herencia incalculable para su familia. Las cifras hablan de unos 2.000 millones de dólares, una fortuna que habría amasado la familia presidencial, según publicó hace dos semanas Jerry Brewer, presidente de la ONG Criminal Justice International Associates (CJIA) de Virginia del Norte.
Al pie de monte andino está situado Barinas, de 35.200 kilómetros cuadrados con una población de 800.000 habitantes, estado natal de Chávez , convertido en el feudo de su familia porque lo ha gobernado su padre Hugo de los Reyes y su hermano mayor Adán en estos 14 años de era chavista. Al parecer la fortuna sólo ha tocado la puerta del clan presidencial en Barinas, pues éste figura entre los estados más pobres de Venezuela.
El feudo de 45.000 hectáreas de la «familia real» en Barinas incluye una fortuna de 17 fincas, 10 vehículos tipo Hummer, residencias veraniegas, joyas con esmeraldas, rubíes y relojes de oro, ropa de marcas como Coco Channel. Lo dice el diputado Wilmer Azuaje que los conoce como la palma de su mano.
El patrimonio familiar alcanza un valor de 535 millones de dólares, de los cuales 265 millones de dólares están depositados en cuentas bancarias en el exterior, afirma Azuaje.
La madre, Elena Frías, ha cambiado mucho de estilo desde que su hijo ascendió a la Presidencia. Sus fotografías la delatan. De mostrarse como una mujer humilde y sencilla al comenzar el gobierno ha pasado a ser una señora encopetada y enjoyada cuyo rostro muestra a la legua que ha pasado muchas veces por el quirófano.
La ostentación de Elena Frías casa con su carácter fuerte y lleno de temple. Es la madre del que ideó «la revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI». Lo muestra la crónica «En busca de la mamá de Chávez» en la Antología de Crónica Latinoamericana Actual, editado por Alfaguara. En el año 2008, la cuenta bancaria de Elena contaba con 16,3 millones de dólares, que ahora deben haber aumentado, según el diario mexicano La Razón.