lunes, 26 de noviembre de 2012

DISCRIMINACION

CIEGUITA DISCRIMINADA
OPINIÓN

Ha llamado la atención pública el caso de una alumna de psicología a la que en la facultad de su carrera, en Mar del Plata, se la habría discriminado a causa de ser ciega. Su profesora en la cátedra de “Instrumentos de exploración psicológica” reiteradamente la habría reprobado sosteniendo que la ceguera es una causa limitante, que impide la aprobación de su materia; habría manifestado que siendo ésta eminentemente práctica, no puede tomársele un examen de sólo la  teoría.
Aparentemente, la profesora tiene razón. De momento dejemos de lado la carrera cursada “psicología”, cuyos alcances profesionales desconocemos y vayamos a un ejemplo: supongamos que un ciego quisiera ser policía. Se le exigiría, de acuerdo a los programas vigentes, que muestre su aptitud para tirar al blanco, o su capacidad para reconocer a un sospechoso; como no podría hacerlo, sería reprobado. Lo que nos plantea la inquietud: ¿la policía no tiene tareas que sí pueden ser desempeñadas por un ciego? Y de ser así, aprobarlo, no para que se desempeñe como los demás policías sino especificamente en las tareas que estén a su alcance, que pueden ser muchas y muy sutiles, por su capacidad de reconocer voces, por ejemplo, o por su concentración  extraordinaria en muchas labores que podrían ser insuperables.
Así, en este caso, - Psicología -, no me encuentro en condiciones de opinar porque no estoy informado de las incumbencias otorgadas por ese título al que esta alumna aspira. Si se precisa aprobar todas las materias previstas en la carrera, y si entre esas materias hay alguna que ineludiblemente necesite de la vista de la alumna ahora -de la profesional una vez egresada- entonces, es claro, la discriminación sería justa; no se puede aprobar a una alumna ciega a pesar de sus magníficas condiciones personales y de su dedicación al estudio por faltarle un sentido indispensable para sus tareas. En ese caso al elegir esa carrera ella habría cometido un error, y una grave falta de consideración las autoridades universitarias al no haberle advertido, desde el ingreso, que se encontraría con este tropiezo. Y, si bien pudiera desempeñarse como psicóloga dejando de lado lo referido a los “instrumentos de exploración psicológica” que no están a su alcance, cabría que las autoridades universitarias le permitieran eludir esa materia, y otorgarle un título que, sin tener el alcance de los otorgados a los profesionales videntes, la habilitara para las demás cuestiones que puedan ser de su incumbencia a pesar de su discapacidad física.
Los que luchamos sosteniendo los derechos de los discapacitados no pensamos que deban ignorarse sus diferencias ni sus condiciones. No. Algunas condiciones son limitantes e impiden ciertos desempeños. Un ciego no debe aspirar a un diploma de cirujano por más méritos evidenciados en el estudio,  ni un rengo a que se lo ponga de centrofóward de la selección. Pero sí a que se los considere de acuerdo a las aptitudes demostradas. ¿Es necesario que todos los psicólogos sean prácticos instrumentadores de exploración psicológica? Quienes conozcan de esa profesión tienen la palabra.

DR. JORGE B. LOBO ARAGON