miércoles, 31 de octubre de 2012

¡ALGUNA VEZ FUNCIONARON LAS PYMES!

Publicado en Revista Cabildo N°99
Mes de Octubre de 2012- 3era Época
NACIONALES
Carlos José DÍAZ
Nacionalismo e Industria Nacional

Poco se habla en nuestros días de un tema crucial para el desarrollo y el porvenir de la patria; nos referimos a la industria nacional.
Todos los politiqueros, sindicalistas —de cualquiera de las tres C.G.T a falta de una— e "importantes" empresarios de la UIA (Unión Industrial Argentina) se llenan la boca y los bolsillos hablando de ella, pero nada hacen para que crezca, se expanda y genere las condiciones necesarias para un crecimiento sostenido del país, en miras a obtener nuestra ansiada independencia económica.
Lo mismo le cuadra al Régimen. Por más propagandas que realice anunciando nuevas empresas y miles de millones de pesos en créditos acordados a las pequeñas y medianas empresas, las mismas sufren un proceso de desinversión y de falta de personal calificado.
Utilizaremos cono fuente el estudio realizado por el Observatorio PYME - informe anual 2010/2011 que depende de la UIA, Techint y la Universidad de Bologna. Es el estudio más serio que se realiza con respecto a esta cuestión, aunque no se nos escapa que ha de tener intereses creados por sus autores, es más confiable que INDEC.
LAS PYMES Y EL MERCADO LABORAL
Entendemos por pequeña empresa aquella que ocupa entre diez y cincuenta trabajadores, y como mediana empresa aquella que ocupa entre cincuenta y una y doscientas personas. Notará fácilmente el lector que las PYMES emplean a un gran porcentaje de los trabajadores argentinos.
Las PYMES nacieron al calor del crecimiento industrial argentino a partir de la posguerra del '45. Fueron los primeros empresarios PYMES hombres que habían llegado al país a trabajar y que, de repente, se encontraban con una demanda de productos que los "forzaba" a realizar empresas. La mayoría de ellos eran simples trabajadores que de golpe se ponían al frente de una industria.
Crecieron sostenidamente hasta el Proceso, cuando las políticas liberales comenzaron a abrir las importaciones de manera deliberada. Subsistieron pese a ello, pero la llegada de la democracia no hizo que crecieran, sino que la muerte de la mayoría de ellas fuera agónica.
En la década cipaya del neoliberalismo, las PYMES comenzaron con una modernización tecnológica que hacia falta (sobre la base de créditos con intereses usureros), pero la política económica de Cavallo y sus sucesores —empleados del FMI y educados en las Universidades yankees, basada en las importaciones y en la idea de convertir a nuestra Patria en un gran shopping y un país de servicio— dejó a las PYMES en un callejón sin salida.
Al fin de las políticas neoliberales, con la caída de De La Rúa inclusive, las PYMES estaban diezmadas. Un ejemplo: a principios de la década del noventa la industria textil empleaba unas doscientas mil personas, al final de la época que mentamos se había reducido a veinte mil. Otro: los cueros argentinos eran manufacturados en Italia y se importaban con valor agregado a nuestro país, es decir, como productos terminados. Industrias enteras desaparecieron como las fabricas de bicicletas, textiles, y en cualquier rubro que uno busque.
Durante este período, es decir, Proceso - Alfonsín - Menem - De la Rúa, la Argentina vio el desguace de su aparato integrado de producción estratégica. Hablo de las catorce fábricas de Fabricaciones Militares que fueron vendidas (regaladas) a multinacionales. Acerías, petroquímicas, minería, fabricas de armamentos, desarrollos tecnológicos industriales y armamentísticos, fueron entregadas a manos del extranjero por los traidores nativos y por las huestes liberales de las Fuerzas Armadas, hoy día desarmadas y en vergonzante presente. Fue el período inglorioso de la timba financiera y especulativa. 
En este período los trabajadores y empresarios PYMES argentinos se vieron entregados por los sindicalistas peronistas que pactaban paritarias, mientras que jugaban al golf con Menem (el inolvidable metalúrgico Lorenzo Miguel, por ejemplo) y los "grandes empresarios" como de Mendiguren, dispuestos a cerrar sus empresas y ponerse a importar telas durante una década, para terminar luego como Ministro de Producción de Duhalde. El Régimen mantiene la paradoja constante. El campo fue el único sector que se modernizó y se mantuvo el alza por los precios en dólares de sus productos.
Cuando llegó al poder Kirchner de la mano de Duhalde, no quedaba más que comenzar nuevamente, pues estábamos en el fondo deí mar. No se puede negar que hemos crecido en los últimos años y que se han abierto muchísimas fuentes de trabajo, pero si se puede sostener que la política del Régimen sigue siendo la misma: no tener una política industrial y nacional (no "nacional y popular") que sostenga este crecimiento. Para ello es necesario gente preparada y no esbirros de La Campara que no saben lo que es un tornillo y una tuerca.
Miremos los números en el periodo 2005/2010, es decir, pleno período K. La dificultad para contratar operarios no calificados subió de un 7,1 % a un 13,7 %; para operarios calificados y técnicos no universitarios de un 38 a un 47,1 % y en universitarios de un 22,4 % a un 31,3 % (cfr. Informe anual Obs. PYME, pág. 65). En todos los rubros la demanda de personal se ha dificultado, por ejemplo en profesionales de diseño u operarios calificados a saber: torneros, fresadores, maquinistas, técnicos de mantenimiento, etc.
Los créditos brillan por su ausencia. El 62 % de las PYMES no solicita créditos, con lo cual el aumento de la producción se vuelve inviable. Además del aumento de los costos, de la presión impositiva que ejerce el Régimen y de los sindicalistas "empresarios" que piden cosas que no existen en la realidad; sumados a los empresarios usureros de siempre. Al final daremos un ejemplo de empresario nacional y católico.
La eliminación de los colegios técnicos en la provincia de Buenos Aires a partir de la Ley Federal de Educación Superior del año 1995, nos colocó en un panorama nefasto. En la Universidad Tecnológica Nacional (U.T.N), por ejemplo, universidad donde se forma el 80 % de los ingenieros de nuestra patria, el porcentaje de alumnos provenientes de bachilleres ha crecido desme-suradamente. Todo debido al cierre o deformación de los colegios técnicos con la impostura del polimodal creador de burros e inútiles.
El siempre liberal y mercader Mauricio Macri, quiere llevar adelante el fin de este plan en la Ciudad de Buenos Aires. Pero les ha salido el tiro por la culata, pues si opositores son los futuros votantes de dieciséis años. Estos párvulos demócratas se oponen a algo de que no tienen idea.
El Nacionalismo debe defender la educación técnica, pues en ella asienta el futuro de nuestra patria. Educación que formara a aquellos técnicos egresados de los colegios industriales y a los operarios calificados que egresaban con un oficio de los talleres de estos colegios, sumado a los futuros ingeniero Nuestra industria, debido a las políticas del Régimen es una farsa al lado de la brasileña. Hace cuarenta años era exactamente al revés.
El futuro es preocupante para las PYMES, pues el mercado laboral se ira poblando de jóvenes sin ideales, formados en el progresismo cultural y en el liberalismo económico; mas aquellos que caen  en las manos del Régimen y sus prebendas y planes no trabajar.
UNA POLÍTICA INDUSTRIA NACIONALISTA
Hemos descripto muy someramente y a grandísimos rasgos proceso que se viene desarrollarle ¿Qué hemos de hacer nosotros ante todo esto?
El Nacionalismo debe retonar su doctrina de siempre. Nosotros defendemos, como lo defendió Jordan Genta aunque lo acusaran sensatamente de "igualitarista" "socialista" (aquellos más preocupados por la propiedad que la tradición y la familia) la función social la propiedad privada. Es en pos del Bien Común que las empresas deben trabajar. Parece imposible nuestros tiempos, pues las predicas marxistas y liberales han trastrornado esta doctrina. Pero es nuestra y la hemos defendido siempre, está de más recordarla.
Nosotros no tenemos un poder real, pero si tenemos una doctrina que no es ideología; con ella y de la mano de nuestros grandes maestros debemos luchar por nuestra independencia económica. La sustitución de importaciones es una necesidad imperiosa, aunque el "mundo", "el mercado financiero", y los medios liberales nos digan lo contrario.
En este punto, por cierto, no se necesita a un intelectual para enfrentar a empresarios acostumbrados a la prebenda y al brazo protector del Estado para sus pérdidas. Empresarios (los grandes, aquellos que están en la UIA; y no los PYME) que estatizaron deudas privadas en 1982 de la mano del Proceso y Cavallo, y en el 2002-2003 de la mano del cabezón Duhalde y el "guerrillero finado" Néstor. Empresarios y sindicalistas que hacen todo lo posible para el quebranto de las PYMES... Esa es la realidad.

 Debemos recuperar las fábricas de productos estratégicos fundamentales como el acero y nuestros recursos naturales. YPF es nuestra, y no de los amigotes del Régimen, como los Eskenazi. Debemos recuperar la minería. Debemos recuperar el crédito industrial, para que nuestras PYMES crezcan, compren maquinarias e introduzcan tecnología; y no créditos para los barquitos de los usureros, o la casa de veraneo en Miami o Punta del Este. De eso se trata una política industrial nacionalista, basada en una economía distributiva que tenga como fin el Bien Común completo.
UN EJEMPLO PARA CONCLUIR
Muchos jóvenes (y algunos no tanto) pensaran que todo esto es imposible de llevar a cabo. Nuestra misión es luchar, Dios no nos pide que venzamos; si nos pide que no seamos vencidos. Muchos nacionalistas se olvidan de nuestras ideas cuando acceden a algún puesto en una multinacional o son contratados por el gobierno de turno. Decía el Padre Castellani, tal vez el hombre más clarividente que dio nuestra Patria, en una conferencia titulada "Política y Salvación": "Vencer a veces no se puede, pero no ser vencidos siempre esta en las manos de uno. De manera que no hay que rendirse. Muchos son rendidos, es decir son acomodados, como dice la gente, muchos nacionalistas se han incorporado al oficialismo, pero no todos. Esos sí se puede decir que se han rendido. Viendo que no podían hacer por si nada, se han rendido".
Siempre es bueno un ejemplo para alentarnos en la lucha. Un ejemplo arquetípico que llevó adelante todas las ideas de nuestra doctrina nacionalista católica. Fue un empresario textil belga llamado Julio Steverlynck (1895-1975). Fue sepultado con la túnica de los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro, prendida en el pecho la Cruz de guerra y bajo tierra argentina y flamenca.
Creó una empresa en el pueblo de Jáuregui. pegado a Lujan; llamada Flandria S.A. La asentó sobre las bases cristianas y el bien común. No solo dio trabajo sino que fomentó el crecimiento del pueblo en donde estaba la empresa, a través de actividades religiosas, culturales y deportivas. Fundó un colegio, una parroquia, un club de fútbol, un hospital, un coro, el Circulo de obreros católicos, una cooperativa y muchas obras mas. Enseñó a los obreros a amar su propiedad a cuidarla y aumentarla; a desarrollarse en su actividad laboral. Fue un padre de familia ejemplar. Tuvo 16 hijos con su esposa, María Alicia Gonnet.
Nos recuerda uno de sus hijos palabras de don Julio: "Mi padre soñaba con buenas casas para los trabajadores, pero también con hermosas quintas, gallinas y frutales. Estaba convencido de que, si lograba eso, vivirían mejor porque eran cosas que incrementaban la satisfacción por lo que es de uno, por su propiedad. Creía mucho en el sentido de responsabilidad personal. Decía que de ese modo la sociedad no podía andar mal".
Don Julio defendió un esquema comunitario, mas allá de la su visión industrial. Entregaba créditos para acceso a la vivienda que se pagaban con trabajo en la fábrica. Se lo acuso de paternalista. La empresa en su apogeo tuvo 3.000 empleados. Con el Proceso y la apertura de importaciones, la industria textil se vio debilitada; el alfonsinato la dejó en coma en 1988; y finalmente, Menem hizo que sus puertas cerraran en 1995. De manual neo-liberal.
Todo lo que digo se encuentra en el libro "Hecho en Flandria", Epyca, 2008, que recomiendo fervorosamente.
Para terminar una frase de don Julio que nos pone en entredicho, y nos debe hacer pensar de cuánto nos ha inficionado el pensamiento progresista y liberal. Don Julio repetía a todo el mundo que "podría haber ganado diez veces más de lo que ganaba, pero no era su interés central". Si no nos entregamos, si somos fieles a nuestros principios enseñados por nuestros maestros, algún día podremos ver a nuestra Patria engrandecida nuevamente. Dios y la Virgen así lo quieran. •