miércoles, 31 de octubre de 2012

8-N ¡DEVUELVANME MI ARGENTINA!

8-N NO QUEREMOS ESTA PUTRIDA DEMOCRACIA COLONIAL.

¡ QUEREMOS NUESTRA REPUBLICA !
Los argentinos somos un pueblo muy generoso con nuestras dirigencias políticas. A menudo, demasiado generoso.
Observemos, sino, lo que nos ha ocurrido en los últimos 29 años de mal uso y abuso de los poderes del Estado por esas dirigencias políticas.
Nuestra excesiva generosidad para con los dueños del Poder —gobiernos formalmente democráticos pero ilegítimos—, nuestro imprudente optimismo y nuestra torpe ignorancia, nos han arrastrado de desastre en desastre.
Desde el entusiasmo bobo que amplios sectores sintieron por las laberínticas charlatanerías de Alfonsín y sus promesas mágicas de que “con democracia se come, se educa y se cura”.
Desde la docilidad con la que nos dejamos encantar por Menem con sus promesas mentirosas de lanzar una “revolución productiva” con la que terminó destruyendo las bases económicas y sociales de nuestro país a lo largo de aquella terrible Segunda Década Infame de los años noventa, hasta dejarnos seducir por la “transparencia” de dos mediocres como De la Rúa y el “Chacho” con sus “blindajes financieros”, “déficit cero” y “megacanjes de Cavallo” que terminaron colapsando la economía nacional causando generalizada pauperización, violencia y muerte.
Combatimos a los terroristas y hoy estan destruyendo la REPUBLICA,
CON UNA DEMENTE BIPOLAR EN EL SILLON DE RIVADAVIA.
Hoy, parece que nuevamente nos mostramos generosos con los mismos que llevaron al país a su actual decadencia, los mismos que siguen girando en la “calesita” de la política, los mismos que desde hace décadas parecieran que priorizan sus intereses personales y sectoriales por encima de toda consideración hacia el pueblo argentino.
Por eso, ha llegado el momento de hacernos al menos tres preguntas clave:
1. ¿Podemos seguir siendo livianamente imprevisores, ingenuos y generosos con esta dirigencia política integrado por mediocres, mentirosas, incluso, malhechores?
2. ¿Podemos seguir dándoles cheques en blanco a los politiqueros de turno para que hagan y deshagan con nuestro país lo que les dan las ganas, especialmente hoy en que tomemos conciencia de ello o no— nos estamos jugando el destino de la Nación?
3. ¿Podemos seguir haciendo de cuenta que “estamos mal pero vamos bien”, cuando la realidad nos señala por doquier que estamos mal y vamos cada vez peor? La respuesta a estas preguntas es decididamente que no.
En mayo de 2003, en medio de graves irregularidades institucionales de distinta índole, el Dr. Néstor Carlos Kirchner asumió la presidencia de nuestro país en forma legal pero ilegítima, ya que apenas una minoría del 22% del electorado lo votó. Al poco tiempo de asumir, al menos buena parte de la mayoría del 78% que no votamos a Kirchner, comenzamos a ver que —a pesar de sus discursos “combativos y transgresores”— la realidad demostraba que, una vez más, estábamos ante “más de lo mismo”. El discurso de Kirchner iba por un lado —formalmente pro-derechos humanos, pro-democracia, anti-corrupción y anti-Establishment—; mientras que sus acciones iban por otro: autoritario, funcional a los objetivos de las finanzas internacionales, y muy poco transparentes.
Entre los casos que reflejan la casi total falta de transparencia del así-llamado “Estilo K”, el caso de los desaparecidos fondos públicos de la Provincia de Santa durante la gobernación Kirchner, desde 1993 hasta hoy conforma un caso paradigmático e inaudito. Tanto por sus características burdas como por su envergadura ya que, potencialmente, se trata de más de mil millones de dólares de dineros públicos que habrían desaparecido a manos de Kirchner y sus operadores y socios.
Resulta elocuente y destacable la sospechosa discreción, a menudo rayana en la connivencia, con que prácticamente todo el espectro de la supuesta “oposición” política aborda este escándalo.
Salvo alguna esporádica mención por parte de políticos como Elisa Carrió desde la izquierda socialdemócrata y Ricardo López Murphy desde la derecha liberal, la “dirigencia política” ha preferido mantener respetuoso silencio ante este potencial fraude.
Pareciera que cuando se presentan casos flagrantes de corrupción, los integrantes de la informal “corporación de los políticos” estrechan filas, seguramente por aquello de que “entre bueyes no hay cornadas…” y porque más de uno esconde algún cadáver en el ropero.
Además, somos plenamente conscientes que lo que está podrido en la Argentina no son únicamente los hombres y mujeres que se encumbran —a menudo ilegítimamente— en el Poder, sino el propio sistema político y económico que lo permite y promueve.
En la Argentina no impera la Democracia como sistema que refleja los intereses y la voluntad popular, sino un mero sistema electoralista, que usurpa el estilo, los mecanismos formales y la terminología de la Democracia. La imita, pero lo hace muy mal y no debemos confundir uno con el otro.
El sistema electoralista que hoy rige en nuestro país permite a las fuerzas del dinero —o sea, los verdaderos amos de nuestro país— elegir y financiar a sus más funcionales y confiables operadores y gerenciadores locales, encumbrándolos en los máximos niveles de Poder para que, desde allí, impulsen las medidas de gobierno que más convienen a los poderosos del dinero, tanto locales como externos.
Nuestro objetivo consiste en luchar contra contra todo un sistema de coloniaje que necesita imponernos sistemáticamente a dirigentes corruptos o corrompibles para auto-perpetuarse y reinar sobre el país.
Sabemos que todos los presidentes y sus equipos que vienen gobernando a la Argentina en los últimos treinta años han sido tan o más corruptos e ineptos que los actuales.
Una mirada a los desastres realizados por Menem, De la Rúa, Alfonsín y Duhalde dan elocuente testimonio de ello.
LA CONECCION CUBANA
Ello se desprende de las investigaciones que realiza la diputada estadounidense Ileana Ros-Lehtinen (del partido republicano, por el Estado de Florida), quién solicitó al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, al Banco de la Reserva Federal y a la Unión de Bancos Suizos (UBS), que se investigue si el gobierno cubano utilizó un programa de reposición de billetes deteriorados de dólares para lavar grandes sumas de dinero en cuentas bancarias cuyos titulares se desconocen.
Lo interesante de dichas investigaciones es que, según el diario El Nuevo Herald de Miami, que cita una investigación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, entre las cuentas investigadas, se encontrarían las siguientes:
• Cuenta bancaria Nº 01250150961000 abierta en el año 1994 de la Oficina 2501 del Banco Nacional de Cuba, cuyo titular sería Eduardo Caffaro, con la suma de u$s 350.000.000, y
• Cuenta bancaria N° 01250151321134 abierta en el año 1994 de la Oficina 2501 del Banco Nacional de Cuba, cuyo titular sería la financiera “La Lusitana S.A.” con sede en la República de Uruguay que pertenecería, entre otros, a Cristina Fernández de Kirchner, con la suma de u$s 200.000.000.
La operación financiera que permitió al entonces gobernador Kirchner retirar de país los más de 650 millones de dólares de fondos públicos provenientes de regalías petroleras de la estatal YPF, depositándolos en el “MA (Mercado Abierto) Bank” de las Islas Caimán. Dueño y director del MA Bank era Aldo Ducler de la financiera Mercado abierto. Este banco terminó siendo cerrado por las autoridades de las Islas Caimán y multado por las autoridades estadounidenses por lavar dinero proveniente del narcotráfico.
Aparentemente, Ducler administró el dinero de Santa Cruz, lo que en un determinado momento incluyó a los hermanos Röhm del Banco General de Negocios (BGN), José “Puchi” Röhm, hoy prófugo de la justicia uruguaya y argentina por la quiebra del BGN quien vive protegido en los Estados Unidos (toda vez que hasta hace poco era miembro de la poderosa Americas Society, lo que le garantiza la protección de David Rockefeller, William Rhodes y otros poderosos de las finanzas y la política). Carlos Röhm, a su vez, está actualmente arrestado en la Argentina por la misma causa.
Por último, consignemos que de los sucesivos análisis practicados por el Tribunal de Cuentas santacruceño, según informes de la mayoría justicialista y la minoría de la UCR, surgen algunas interesantes conclusiones:
1. Aldo Ducler y Mercado Abierto administraron el dinero de la Provincia de Santa Cruz.
2. Se abrieron cuentas en los bancos Morgan Stanley y Dean Witter, hoy absorbidos por Morgan Stanley.
3. Podría inferirse que en los años 90, la senadora por Santa Cruz, Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner integró la Comisión Anti-Lavado en el Congreso Nacional para asegurarse que la investigación sobre Mercado Abierto no involucrara temas relacionados con Santa Cruz.
4. La senadora Fernández de Kirchner no habría informado a los demás integrantes de dicha Comisión que, en realidad, ella era juez y parte. O sea, que Mercado Abierto, una de las organizaciones bajo investigación, administraba el dinero de la provincia que ella representaba en dicha Comisión.
5. El banco donde se ha depositado el grueso de los fondos desde 2003 es el Credit Suisse, gran banco suizo socio de los hermanos Röhm en el BGN a través de su filial CS First Boston, importante colocador de deuda externa pública argentina.
Por lo sintéticamente expuesto, resulta vital que la opinión pública nacional exija a la presidente Fernandez Wilhelm y a su equipo, que aclaren en forma transparente, completa y veraz cuál es la situación real de los multimillonarios —y mayormente desaparecidos— fondos públicos de la Provincia de Santa Cruz que él, como gobernador, recibiera en 1993 del Estado Nacional por regalías mal liquidadas de la ex-YPF estatal.
“No temo tanto a los de afuera que nos quieren comprar, cómo a los de adentro que nos quieren vender”